LVIII. Uzumaki

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Elise se sentía como la mierda, claramente hubiera disfrutado más estar embarazada en casa, pero claro, su estúpido culo quería ver hongos bioluminiscentes que en su mundo no existían.

Elise juró que cuando volviera a Konoha, haría que crearan los trenes.

Joder, los trenes ahorrarían mucho tiempo y mareos.

Su familia es tan putamente rica que el dinero bien podría servir como abono para sus preciosas y costosas plantas, un par de miles para crear un monstruo de metal a vapor no haría mucha diferencia aparte de las grandes ganancias que recibirían.

Y también crearía la imprenta, está hará de tener que escribir largas cartas y equivocarse en una sola letra, para tener que empezar todo de nuevo a mano... mmm... también había demasiada mortalidad infantil por falta de madres que pudieran darles de beber, era una lástima, ¿Por qué no contratar a un par de científicos para que creen la leche en formula? Muchos niños huérfanos le agradecerían no morir de hambre...

También es muy mala con las direcciones, nunca entendió eso de norte, sur, este, oeste, etc... ¿Tal vez debería crear las brújulas en este mundo también?

Elise gimoteó ligeramente antes de no poder más y pedir que paren el carruaje para poder vomitar contra la corteza de un árbol. Shisui, amable y preocupadamente recogía su cabello para que no se manchara con su exquisito almuerzo destrozado en un lío de fluidos asqueroso de olor nauseabundo.

Él frotó suavemente su espalda, la miró con preocupación, le ofreció una "botella" para tomar agua, que consistía en un trozo de bambú con un tope para que bebiera y se limpiara la boca, tal vez incluso para que bebiera.

Eso es otra cosa que debería de inventar, botellas de plástico, o en su máximo defecto, de metal o vidrio, si es que no lograba crear el plástico.

Meditando distraídamente mientras vomitaba sus entrañas, cree que lo mejor sería no crear el plástico debido a sus consecuencias medioambientales.

—Ya, ya... estamos a unas tres horas de Kusagakure, ¿Crees poder aguantar hasta allí? —preguntó amablemente Shisui mientras frotaba su espalda con dulzura.

Elise sentía que había escuchado ese nombre en algún lugar, pero entre sus nauseas, sus vómitos y la pesadez en sus pechos, cualquier cosa parecía insignificante de recordar a comparación de su malestar.

Ah, se le antojan unos dangos... quizás con papas fritas... o, y el helado se veía tentador.

Ahí va su almuerzo de nuevo.

—Mi pequeña Elise —gimió preocupado Shisui mirando con tristeza a su mujer sufrir de nauseas.

—Mi esposa ha estado embaraza antes, me ha dicho que lo mejor es acostarse de lado para evitar las náuseas, el útero en crecimiento puede enlentecer el paso de la sangre de las piernas al corazón —aconsejó suavemente un hombre musculoso a su lado mirando con suavidad a la chica—. Deberías darle de beber regularmente para mantenerla hidratada, entre las náuseas, el sudor frio y el agotamiento, las mujeres se deshidratan más fácilmente y le provocan más malestar —continuó el hombre y miró suavemente a Shisui como a un niño al cual hay que guiar.

—Mi hermana estuvo embarazada hace un año, me dijo que deben de comer comidas altas en hierro porque la anemia es muy frecuente en mujeres embarazadas y eso puede provocar que aumenten los mareos y los desmayos —intervino un chico mirando a la pareja casada con emoción—. Los bebés con muy diminutos cuando nacen, pero son más diminutos cuando se desarrollan, ¡Entonces hay que alimentarlos muy bien para que crezcan grandes y fuertes!

So Mine [Yandere! Uchiha Shisui]Where stories live. Discover now