So Mine [Yandere! Uchiha Shisui]

LXXV. Látigo ⚠️[Tortura]⚠️

ADVERTENCIAS

Este capítulo contiene:

Tortura mental y física explícita y gráfica, inestabilidad mental, métodos de torturas utilizados en épocas antiguas, menciones de proxenetismo (Shisui quiere vender al bastardo a un burdel). Amputación de extremidades, sanar heridas y luego abrirlas, desollamiento vivo, torturas relacionadas el fuego, tortura insinuada con la pera de la angustia, collares de esclavitud, máscara de hierro, etc.

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Todo el capítulo contiene escenas de tortura e inestabilidad mental que denota un comportamiento agresivo, violento y despiadado, carente de empatía, con una gran cantidad de sadismo y nulo afecto a la vida

Si no es de su agrado/comodidad, saltarse el capitulo
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Shisui miró con ojos vacíos a su esposa que suavemente dormía plácidamente contra sus brazos, abrazando al pequeño bulto de felicidad que era su diminuto hijo, dos rápidos sellos de manos y un clon estaba reemplazándolo en la cama con su esposa sin que ella siquiera lo notara.

-Te amo... -murmuró suavemente Shisui besando delicadamente la mejilla de su esposa e intercambió miradas con su clon antes de desaparecer de la habitación con un rápido shunshin.

El Uchiha rápidamente llegó a donde se encontraba su clon que asintió ante él y desapareció en un estallido de humo, los recuerdos de las torturas hacia el hombre con genjutsu hicieron que Shisui hiciera una ligera mueca de disgusto.

Era demasiado... simple.

Le falta sabor, un toque de agonía y dolor.

Necesitaba más y claramente su clon lo sabía.

Ver a su Elise llorar hasta el agotamiento realmente quebró algo dentro de él, incluso más de lo que ya estaba su cuestionable "moral", si es que se le podía seguir llamando así a su conjunto especifico de valores que había reunido cuidadosamente para que no chocasen entre su insana obsesión y el disfraz que tenía como ser humano decente.

Por supuesto, jamás tocaría un cabello de Elise con la intención de hacerle ni el más mínimo daño, pero eso no se aplicaba a los demás.

Shisui lamió ligeramente uno de sus caninos sintiendo el ligero filo del duro diente y meditó en su mente los recuerdos de tortura con genjutsu que aplicó su clon.

Los latigazos eran tan aburridos, incluso si mató al hombre cien veces en su genjutsu con distintos tipos de látigos que desgarraron y erosionaron su piel durante siglos e incluso cuando agregó especies a las heridas abiertas o venenos en pequeñas cantidades para aumentar la sensación del dolor, sentía que ni siquiera estaba comenzando con una tortura real para esta repulsiva escoria.

Zanjir, un látigo corto hecho con gruesas y pesadas cadenas metálicas.

-las cuales desgarrarían la piel de las víctimas, romperían con facilidad absurda sus huesos, causando un dolor espantoso que el clon se aseguraría de aumentar-.

Rebenque, con sus variaciones; de argolla, común, talero, lagartos, arreador.

-pensado principalmente para arrear animales o para azuzar a la cabalgadura, incluso para domar animales salvajes. El creador del rebenque ni quienes crearon sus variaciones esperarían que alguien fuese lo suficientemente despiadado como para utilizarlos en humanos, solo por el placer de escuchar el sufrimiento de alguien de su misma especie-.