LXXXVI. Idiota

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Elise miró el techo con una cara de Póker mientras sentía a su cálido esposo abrazarla por el costado mientras una de sus piernas estaba sobre sus muslos y uno de sus brazos debajo de su pecho. Ella casi podía sentir el semen deslizándose por sus muslos y ya podía adivinar que su adorable esposo se convirtió en una bestia pervertida debido a sus celos mezquinos y groseros y la destrozó completamente.

Ni siquiera podía sentir de la cintura para abajo.

Mirando el rostro satisfecho como un gato feliz con su vida, Elise sintió extrañas y repentinas e inevitables ganas de ejercer violencia doméstica y golpear a su esposo hasta mandarlo de vuelta a Konoha y de regreso... pero como buena esposa cariñosa y amable que era, decidió dejarlo ir por ahora... o al menos hasta que esté segura de que pueda moverse.

Bueno, por lo menos el día de ayer había sido el último día de presentación y canción de la extravagante fiesta del Daimio, por lo que Elise tendría tiempo libre y no tendría por qué preocuparse por su movilidad... hasta que escuchó a su dulce Kagami despertarse y empezar a llorar por hambre.

Entonces, Elise intentó hacer un esfuerzo inhumano para sacarse a su pesado esposo de encima, el cual solo se removió ligeramente adormilado, pero sintiendo que una parte de él estaba semiconsciente, Elise atacó.

—Quítate de encima, estás gordo —insultó infantilmente Elise intentando quitarse el brazo de encima junto con la gruesa pierna musculosa de su esposo.

Enserio, si su bebé no estuviera llorando porque tiene hambre, Elise podría ponerse a pensar en los atributos de su esposo y tal vez estaría con ganas de que la destrocen un poquito más porque una vez hundidos, ya perdidos al mar, ¿No?

—No estoy gordo —balbuceó Shisui apretándola contra su cuerpo.

—¡Suéltame, gato gordo! ¡Tengo que atender a nuestro bebé! —chilló Elise removiéndose como gusano en el agarre de su esposo.

—Mmm... miau —maulló adormiladamente Shisui mientras intentaba enterrar su rostro en los pechos de su esposa, solo para que Elise alejara su rostro de su suave destino—. Vamos, deja que este gato se acurruque en los pechos de mami...

—¡¿No escuchas a nuestro hijo llorar por hambre?! ¡Levántate de una vez, perro en celo! —Elise intentó alejar el rostro de su esposo de sus pechos mientras seguía atrapada en sus brazos y pierna.

—Guaf, guaf —ladró Shisui y presionó su polla contra el muslo de Elise—. Ayúdame con mi erección mañanera, ¿Sí? Soy tu lindo perrito en celo.

—¡Aaggg! —Elise intentó separar a su esposo enojada cómicamente— ¡Suéltame! —gritó Elise casi sintiéndose como el meme de Vegeta.

Shisui besó sus manos suavemente.

—¡Agghh! ¡Solo déjame alimentar a Kagami de una vez, mal marido! —exclamó Elise y Shisui se detuvo.

—¿Mal marido? —preguntó.

—Hum, más bien, mal padre, ¿Qué padre niega a su bebé de su alimentación? —habló desdeñosamente Elise y Shisui entrecerró sus ojos lentamente y sus manos pasearon pausadamente por su cintura.

—Mmm... entonces, ¿Crees que soy un mal marido para ti, mmm, Elise-chan? —preguntó seriamente y Elise se detuvo.

—Hablando francamente, no eres un mal marido, sino uno excelente si omitimos el hecho de que no te importaría follarme delante de los niños si estás lo suficientemente necesitado —habló seriamente Elise y Shisui sintió sus mejillas sonrojarse ligeramente.

—Justo...

—Eres amable, dulce, protector, cuidadoso, cariñoso, detallista, atento, empático, honesto, leal, comprensivo, amoroso y siempre estás dispuesto a hacer cualquier cosa por mí. No me impides que haga nada y no me exiges mierdas absurdas o estúpidas. Me apoyas y alientas en mis sueños, harías cualquier cosa con tal de verme feliz y hacerme sentir segura y eres tan bueno conmigo por lo que, honestamente, eres todo lo que siempre he querido en un marido —admitió honestamente Elise y sus mejillas se sonrojaron ligeramente.

So Mine [Yandere! Uchiha Shisui]Where stories live. Discover now