Pequeño lobo arrepentido.

56. Escapar.

"¡Maldición, esto es querer que la gente muera!" Lao Yuan escupió una bocanada de flema, y se limpió el sudor de la cara con descuido.

Wen Jia se paró frente al vigía y echó un par de miradas a través de un telescopio impermeable, con la cara un poco pálida.

"No solo hay fuego, ¡los zombis y los humanos también están huyendo!"

La buena noticia era que los zombies se movían lento y no podían superar a los humanos en ese momento. Muchos de ellos estaban siendo alcanzados por la lengua de fuego, ardiendo en llamas. De esta manera, incluso sin llamar al ejército, la mayoría de los zombis serían destruidos por el fuego.

Pero la mala noticia era que muchos humanos estaban huyendo desesperadamente debido a la presión del fuego. Como en la puerta norte en ese momento, la mayoría de las personas ni siquiera se preocupaban por los controles y corrían hacia la salida de la autopista.

Comparado con ser quemado vivo por el fuego, al menos morir a manos de una bala era más rápido y menos doloroso.

Los sobrevivientes en el norte huían sin prestar atención a nada más. Los miembros armados no podían disparar en esa situación especial, y no importaba cuánto intentaran detenerlos, no podían hacerlo.

Además de la puerta oeste, que estaba ocupada por terroristas, se estimaba que las otras dos salidas estaban la misma situación. Si los infectados realmente lograban escapar de la ciudad sin ser controlados a tiempo, las consecuencias serían inimaginables.

"¡Vamos, Wen Jia, súbete al auto!" Lao Yuan llamó a Wen Jia y luego agitó la mano a los demás. "¿Qué están mirando? ¡Vuelvan todos al auto y escapen por sus vidas!"

Según la velocidad de propagación del fuego, a lo sumo en media hora, llegaría a ese lugar.

Qin Chi inmediatamente agarró los brazos de Zhang Zhi y Mu Zi y los llevó de vuelta al coche. Baping también bajó rápidamente el techo hidráulico de la camioneta y cerró la cabina, preparándose para abandonar la ciudad.

En ese momento, nadie esperaba pacientemente para ser examinado uno por uno en busca del virus. Si continuaban así, incluso si no se convertían en zombies, serían quemados vivos.

Mu Zi recién se sentó cuando vio a Zhao Fengnian ponerse el casco y subirse a un Humvee militar.

El Humvee arrancó de inmediato, pero se dirigió en dirección a la fuente del fuego.

"¡Oye!" Mu Zi abrió la ventana del auto, pero no pudo detenerlo. Solo pudo ver impotente cómo el Humvee se adentraba en el mar de las llamas.

Zhang Zhi lo jaló y lo hizo sentarse en el sofá, negando con la cabeza ante la mirada insegura y sorprendida de Mu Zi.

Zhao Fengnian, que parecía poco serio, aún llevaba el orgullo de ser un hombre armado. No podían criticar las elecciones de esos héroes.

Los ojos de Mu Zi estaban un poco rojos. Cerró la ventana del auto y se sentó en silencio.

Una voz ruda y profunda llegó desde la pantalla de televisión, "¡Agárrense fuerte, estamos a punto de partir!"

Los cuatro estaban sentados en el área de pasajeros. Baping y Qin Chi ocupaban cada uno una silla de masaje y sacaron sus armas.

Aunque Mu Zi había experimentado bastante, aún era joven, y enfrentar un desastre tan grande lo tenía nervioso. Se apoyó en Zhang Zhi sin decir una palabra.

Los puntos de control de detección ya estaban en un estado de caos, con supervivientes huyendo y personal desorientado. Se podía ver que los militares estaban haciendo todo lo posible para mantener el orden, pero cuando las personas están en un estado de extremo miedo, son capaces de hacer cualquier cosa. Si intentaban detenerlos por la fuerza, solo empeorarían la situación y ambos saldrían perdiendo.