122. Búsqueda.

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Después de salir del trabajo al mediodía, Zhang Zhi regresó a su habitación, tomó una mochila y empacó algunos panes y fideos instantáneos antes de irse al comedor a almorzar.

Cuando llegó, Xie Yuzhe estaba ayudando en el vestíbulo y, de pasada, le señaló el mostrador número cuatro.

Zhang Zhi se acercó al mostrador número cuatro y vio que Qiao An, quien estaba sirviéndose comida, estaba siendo regañado nuevamente por el líder.

El líder lo estaba criticando por ser lento y holgazán, por servirse demasiada comida, o diciéndole que eventualmente arruinaría la base, entre otras cosas más.

Qiao An era muy responsable en su puesto de trabajo y, de hecho, era muy hábil en todo lo que hacía. Pero, ¿por qué era considerado lento y holgazán? ¿Acaso el líder quería volver a meterlo en problemas?

Zhang Zhi no se apresuró a comer. Sonrió y saludó al líder, indicándole que saliera un momento.

El líder se sintió confundido, pero salió.

-¿Me buscabas? ¿Qué pasa?

Zhang Zhi llevó al líder detrás de una columna, asegurándose de que no hubiera nadie alrededor, luego abrió la mochila para que el líder pudiera ver los suministros que tenía adentro. Mientras tanto, dijo:

-Líder, ese Qiao An que acabas de regañar es mi hermano pequeño. Siempre ha sido torpe y tímido. Espero que puedas cuidarlo un poco más.

Cuando el líder vio los suministros en la mochila, sus ojos se abrieron de par en par.

-¿Todo... esto es para mí?

Zhang Zhi asintió con una sonrisa.

Esos suministros podrían no ser gran cosa para ellos, pero para la mayoría de los sobrevivientes en la base, eran cosas muy valiosas.

Zhang Zhi no sabía si el líder fumaba o no, pero de todos modos tomó una cajetilla de cigarrillos de buena calidad y la metió sigilosamente en el bolsillo de su pantalón diciendo:

-Si mi hermano pequeño ha hecho algo mal, espero que el líder pueda tener paciencia con él. Si hay algún problema, como su hermano mayor, me encargaré de enseñarle una lección, así que le ruego que no se ensañe con él.

El líder aceptó el gesto y tomó la mochila. Luego susurró:

-Permíteme decirte la verdad. Este Qiao An es muy honesto y hábil en su trabajo. Si no hubiera recibido la orden de reprenderlo, no lo habría intimidado así, especialmente siendo un omega.

Al escuchar eso, Zhang Zhi fingió sorpresa y preguntó:

-¿Reprenderlo? ¿Por qué? ¿ Mi hermano ha ofendido a alguien?

-Eso sí que no lo sé. Solo puedo decirte que esa orden fue transmitida a través de varios niveles. Y dado que soy el líder de Qiao An, esa orden recae en mí -dijo el líder mientras se ponía la mochila. Luego, continuó diciendo-: Pero no te preocupes, haré todo lo posible para ayudarlo. No le asignaré trabajos sucios u agotadores, pero aún tendrá que trabajar en turnos de día y noche de manera continua. Después de todo, debo seguir las órdenes, sino también sufriré consecuencias.

Pequeño lobo arrepentido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora