79. La caja pequeña. (1/10)

710 141 6
                                    

Zhang Zhi y Mu Zi sacaron todos los lingotes de oro y los colocaron sobre la mesa, formando una pequeña montaña dorada brillante.

Qin Chi los contó, había un total de setenta y seis lingotes. Fue increíble que Hu Ge haya podido arrastrar esas cosas tan pesadas de vuelta a casa, sin abandonarlas incluso en momentos de vida o muerte.

Laoyuan tomó uno y lo examinó. "Es de la época republicana, una antigüedad", dijo. Probablemente había sido transmitido por generaciones en la familia Zhang, era bastante antiguo.

Antes del apocalipsis, estos objetos tenían un valor considerable, pero después del apocalipsis, si el orden social no se restablecía rápidamente, los lingotes de oro serían tan inútiles como las piedras, ni siquiera podrían compararse con un paquete de fideos instantáneos.

Qin Chi no estaba interesado en los lingotes de oro, solo miró a Zhang Zhi y, al verlo asentir, sonrió y le preguntó a Hu Ge: "¿Así que todo lo que querías era esto, Hu Ge?"

"Qin Ge, no hablemos en clave, ¿qué quieres que te dé a cambio? Dímelo directamente". Hu Ge sabía que había perdido el control hace un momento, aunque ahora pudiera fingir que no estaba interesado en los lingotes de oro, nadie le creería.

Los lingotes de oro estaban colocados sobre la mesa, uno encima de otro, pero Hu Ge no podía tocarlos. Su mirada estaba fija en ellos, Qin Chi temía que sus ojos salieran de sus órbitas en cualquier momento.

"No sabemos qué tienes tú, ¿con qué podemos intercambiar?". Preguntó Laoyuan.

"Medicinas, alimentos, productos diversos, todo es aceptable", respondió Hu Ge en tono serio.

Laoyuan y Qin Chi intercambiaron una mirada, pensando que ellos también tenían esas cosas, y tal vez incluso más y en mayor cantidad que Hu Ge.

Después de pensarlo durante un tiempo, Laoyuan habló tranquilamente: "Quiero gasolina".

La expresión de Hu Ge de pronto cambió, sus labios se movieron varias veces antes de decir: "Gasolina, no me queda mucho".

"He oído que en los últimos días han estado recolectando bastante, no debería ser difícil para ti intercambiar oro por gasolina, ¿verdad, Hu Ge? En el camino hacia la ciudad, pregunté a las personas en el auto y me enteré de que además de ir a centros comerciales y bancos, también has visitado muchas estaciones de servicio". Qin Chi sabía que Hu Ge tenía almacenada gasolina, seguramente más que ellos.

Al ver la expresión incómoda de Hu Ge, Qin Chi extendió las manos y dijo: "Si no podemos llegar a un acuerdo, olvídalo, no necesitamos complicarnos tanto".

Hu Ge habló en tono grave: "Qin, si ustedes, con tan pocos miembros, tienen un percance y necesitan abandonar Letan City, no podrán llevarse los lingotes de oro, lo mismo sucede con la gasolina. ¿Por qué ser tan codiciosos?"

"Tú mismo has dicho 'si'. Lo más probable es que nos quedemos en Letan City y vivamos y trabajemos aquí hasta que el país elimine a los zombies, luego nos haremos ricos con este oro". Qin Chi sabía que eso era imposible, pero solo estaba tendiéndole una trampa a Hu Ge.

"Exacto, además estos lingotes de oro son reliquias del abuelo de Zhang Zhi. Ya nos sentimos culpables por tener que intercambiarlos contigo, ¿así que qué más quieres? ¿Comer mierda humana o comer mierda de perro?"

Zhang Zhi: "..."

¿Este niño estaba tratando de formar una oración paralela con "brindar con licor pero no beber la penalidad"?

NT: La siguiente frase es un proverbio chino "敬酒不吃吃罚酒" (jìng jiǔ bù chī chī fá jiǔ) que se utiliza para transmitir la idea de que si alguien muestra falta de respeto al rechazar una ofrenda amistosa, se verá obligado a aceptar las consecuencias negativas o las penalidades que se le impongan. En otras palabras, implica que negarse a aceptar una invitación o un gesto amistoso puede llevar a enfrentar consecuencias no deseadas o desfavorables. El proverbio enfatiza la importancia de mostrar cortesía y gratitud hacia los demás.

Pequeño lobo arrepentido.Where stories live. Discover now