Pequeño lobo arrepentido.

89. Controversia en la ocupación. (10/10)

El registrador intentó retenerlos: "Señores, nuestra base puede proporcionarles agua limpia, abundante comida y viviendas para protegerse del viento y la lluvia. Lo más importante es que en la base hay omegas de buen aspecto. Si están dispuestos a trabajar arduamente y destacarse, pueden elegir a cualquier omega que deseen. ¿Por qué aferrarse a un omega que no es muy atractivo?".

Al escuchar eso, Qiao An apretó los labios, nervioso y temeroso, mientras abrazaba fuertemente a su hijo.

Él sabía que ni siquiera tenía el derecho de suplicarle a Wen Jia y a los demás que no lo abandonaran, pero no se atrevía a pedirles activamente que no se preocuparan por él.

Hasta ahora, toda su energía se había agotado, y si lo abandonaban, tanto él como su hijo estarían destinados al camino de la muerte.

Sin embargo, para su sorpresa, desde el momento en que lo llevaron al vehículo, nadie en el grupo tenía la intención de abandonarlo en esta situación.

"No puedo dejar a mi único hermano, no puedo simplemente abandonarlo. Si la base no nos permite entrar, no los obligaremos", dijo Lao Yuan devolviendo el formulario al registrador, y luego se dio la vuelta con una actitud despreocupada. "Xiao Qin, Lao Ba, vámonos".

Los demás no dudaron en absoluto y se dieron la vuelta para irse.

Al presenciar esta escena, los ojos de Qiao An se llenaron de lágrimas.

Estas personas no tenían ninguna relación de parentesco con él y apenas se conocían desde hacía unas pocas horas, ¿por qué lo estaban ayudando de esta manera?

En comparación, él era realmente egoísta, ya que estaba dispuesto a arrastrarlos consigo para evitar la muerte.

Qiao An no quería seguir siendo una carga para los demás, así que reunió valor y dio un paso adelante para decir algo, pero fue detenido por Zhang Zhi.

"Zhang..."

"No te preocupes, espera y mira", interrumpió Zhang Zhi en voz baja.

Como se esperaba, Lao Yuan y los demás fueron detenidos por el registrador poco después de dar unos pasos.

"Señores, por favor, esperen un momento", el registrador salió corriendo de la garita y los alcanzó rápidamente.

"Señores, si no están satisfechos con las condiciones, podemos intentar negociar de nuevo".

El registrador estaba muy satisfecho con Qin Chi y los demás.

No solo estaban en buen estado física, con músculos desarrollados, sino que también tenían una mirada feroz. Seguramente habían pasado por muchas situaciones peligrosas en su camino, algo que los hombres protegidos en sus invernaderos no podían igualar.

Si dejaba ir a estas personas puede que no encontrara a otras más adecuadas después. Además, solo era un omega con un niño. Después de dejarlo en el equipo de logística, podía reducir un poco su ración de alimentos sin que los demás se dieran cuenta.

Sin importar lo que dijera el registrador, Lao Yuan tenía una única demanda: que Qiao An y su hijo se unieran juntos. Después de sopesarlo, el registrador finalmente accedió a regañadientes.

Después de registrar la información de algunas personas, Wen Jia condujo el vehículo hacia la base y fueron guiados por alguien hacia la zona de alojamiento.

La escuela era bastante grande, con edificios de vivienda, una cafetería, un patio deportivo e incluso baños públicos. Las instalaciones básicas de la base eran suficientes por el momento.

Un hombre de mediana edad, de aspecto feroz y con una actitud poco amigable, fue el encargado de asignarles alojamiento y pasó todo el tiempo lavándoles el cerebro.