Pequeño lobo arrepentido.

99. Herido.

Todos llevaban uniformes de asalto, cargados de armas, balas y explosivos. Podían salir fácilmente de una situación peligrosa, pero no se atrevieron a descuidarse.

Wen Jia y Zhao Fengnian regresaron de explorar el otro pasillo, y su expresión no era buena.

-No vale la pena ir arriba, no hay nada bueno -dijo Wen Jia.

-Son todos estudiantes, me da pena atacarlos -dijo Zhao Fengnian. Se sentía como un terrorista sin escrúpulos, no dejaba pasar a los estudiantes y les disparaba en la cabeza sin piedad.

Pero si no lo hacían, los niños seguirían "vivos" en un estado de muerte en vida, sin encontrar la liberación.

Lao Yuan miró su reloj, ya eran más de las seis.

-Bueno, olvídalo, tuvimos mala suerte hoy. Mañana buscaremos otro lugar.

Por su apariencia, era difícil distinguir entre un zombi común y un zombi mutado. Para encontrar cristales, tenían que derribar a cada zombi, uno por uno, y luego abrirles el cráneo para ver si tenían cristales adentro.

Los cristales podían ser grandes o pequeños, algunos tan grandes como huevos de gallina, otros tan pequeños como una uña. Eran difíciles de encontrar, por lo que Ba Ping y Mu Zi tenían que buscar con cuidado, lo que también llevaba mucho tiempo.

Cuando bajaron al primer piso, pasaron por un salón semiabierto y Mu Zi vio a un zombi caído en la puerta, con la cabeza relativamente intacta, lo que significaba que se les había pasado pot alto durante la recolección.

Esta vez no obtuvieron mucho, y Mu Zi estaba un poco insatisfecho, así que inmediatamente llamó a los demás y dijo.

-Esperen, todavía queda uno aquí.

Diciendo eso, empujó la puerta y aplastó la cabeza del zombi con un martillo, buscando cristales en el podrido tejido cerebral.

Los zombis cercanos ya habían sido limpiados, y otras cinco personas estaban vigilando. Mu Zi no prestó demasiada atención a su alrededor, y se concentró en excavar el cráneo del zombi.

Sus dedos tocaron algo duro y se emocionó.

-¡Ja, lo encontré!

Sacó el objeto y limpió los restos de cerebro que se le habían pegado. Era un cristal de alta calidad.

Durante ese tiempo, habían estado experimentando. Cuanto más transparentes y radiantes eran los cristales, mejor era su efecto en la purificación del agua. Un pequeño cristal de alta calidad podía purificar un cubo grande de agua y además, podía reutilizarse.

En cambio, los cristales que parecían piedras no eran tan útiles. De hecho, varias de ellas juntas no eran tan valiosas como un solo cristal de alta calidad. Después de usarlos una vez, solo se podían desechar como piedras comunes.

Después de guardar el cristal en su bolsillo, Mu Zi se levantó y escuchó un ruido detrás de la puerta. Con curiosidad, rodeó la puerta y entonces, miró hacia atrás.

Wen Jia, que estaba más cerca de la puerta, tenía las manos en los bolsillos, cuando de repente, escuchó a Mu Zi gritar.

-¡Mierda!

Todos se sorprendieron y casi al instante reaccionaron, agarrando sus armas y corriendo hacia el salón. Wen Jia pateó la puerta y entró corriendo.

-Lao Yuan, Lao Yuan...

El grito de Mu Zi resonó en el aula. Nunca habían escuchado a Mu Zi emitir un grito de dolor tan desgarrador, lo cual los dejó atónitos por un momento.