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Demian entornó los ojos, maravillado y a la vez incrédulo.

- ¿Qué has dicho?

-No te burles. Él dijo que podía ser una modelo si me lo proponía, pero realmente no creo que eso sea posible en mi situación; así que llámalo y ve a las pruebas.

Pasaron varios minutos en el que él no habló y ella no se atrevió a mirarlo por la vergüenza que se había acumulado por la vergüenza.

-Olvida lo que te he dicho sobre el modelaje y yo. Llámalo y saca una cita para verse. Es una buena idea, no la desaproveches—añadió ella atropelladamente ante tan escalofriante silencio.

-Si a ti te ofrecieron la misma oferta, ¿por qué no llamamos juntos y hacemos esas pruebas?

Fruncieron el ceño, volteó a verlo con las mejillas sonrosadas.

- ¿Estás de broma? —preguntó ella.

-No. Es mejor estar juntos en eso, ¿no es así?

-Si quieres te acompaño, pero no tengo intenciones de hacer pruebas. Soy un desastre. Seré tu motivación.

-Puedes cambiar de opinión, tal y como yo lo hice—le aseguró y retomó el camino, conduciendo con más calma.

El ambiente se había relajado de inmediato y ya se podía respirar tranquilamente sin evadirse las miradas.

Al llegar a casa, Skyler vio la hora y se estremeció. Eran las cinco de la tarde en punto y pensó que tardaría más tiempo estando con Demian; y resignada, se despidió de él.

- ¿Es necesario que entres ahora mismo a tu casa? —le preguntó él, a modo de súplica. La había agarrado de la mano y no tenía indicios de dejarla salir del coche.

-Pues ya estoy aquí y lo más normal sería entrar a casa y darme una ducha—contestó ella con insensatez, puesto que tenía los ojos fijos en él y no podía controlar a sus piernas, las cuales se hallaban ancladas al asiento.

-Hoy discutimos de una manera tan patética, que no me gustaría dejarte ir sin, al menos, haber solucionado bien las cosas.

-Pensé que ya lo habíamos solucionado—dijo ella con inocencia. Demian sonrió con malicia y picardía.

-Todavía no.

Se acercó a ella con total confianza en sí mismo y la besó, la besó como nunca antes había besado a alguien, y Skyler supo que no quería dejarlo jamás.

Y cuando ella se vino a dar cuenta, Demian la había llevado a otra parte, lejos de su casa.

A decir verdad, él quería llevarla desde hacía tiempo al mirador del Puente Golden Gate y también al Puente de la Bahía, pero no había encontrado el momento perfecto como aquel.

Atravesaron el área de tranvías y ella apenas se percató hacia donde se dirigían.

- ¿A dónde me llevas? —preguntó, rompiendo el encanto del silencio.

- ¿Ya has estado en el Puente Golden Gate o en el de la Bahía?

-Sí.

-No, me refiero a que si ya te has quedado un buen rato observando el mar desde el puente hasta el anochecer.

-No—negó con la cabeza—pasamos en coche y nunca me he detenido a observarlo. ¿Y tú?

Encogiéndose de hombros, Demian asintió, como si aquello no fuera tan importante.

-He venido anteriormente, pero a regañadientes y nunca lo disfruté.

- ¿Solo o con alguien más?

Él la volteó a ver por un segundo antes de retomar su atención al frente.

Mi Supermodelo Personal (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora