75

1.5K 151 16
                                    

Los días continuos al juicio de Eros, Skyler no salió del departamento y tampoco recibió llamadas de nadie. Deseaba estar sola consigo misma. Ansiaba sus pensamientos para ella; y no tener que lidiar con otra persona.
Literalmente, fue una semana entera en la que se quedó a solas con su consciencia y aprovechó a escribir un poco más de su historia en la lap top, metida bajo las sábanas de su habitación, acompañada de un delicioso café americano y galletas.
Incluso declinó la oferta de Aiden para salir al cine o a alguna parte.
Se mantuvo en contacto con Clark a través de WhatsApp y le mandó fotos de los avances de su historia.

Se sentía satisfecha y feliz. No te tenía ninguna preocupación, más que pasarla bien.
Y apenas habían mandado a avisarle que se reanudarian las clases con normalidad en la Universidad.
Era domingo y estaba lista para afrontar nuevamente el calvario de las clases. Y Clark había prometido pasar por ella para irse juntos a la Universidad.

Lo único que si le dolía con el alma era la ausencia de Demian.
Era como si algo caliente y desgarrador la estuviera destruyendo por dentro.
Intentó no pensar más en ello, pero fue imposible. Tuvo que dormirse con esa agonía.

Amaneció y despertó sin necesidad del despertador de su teléfono.
Se quedó un rato tumbada entre las sábanas con la vista vuelta al techo.
Y cuando sonó por fin la alarma, se deslizó fuera de la habitación a desayunar lo último que quedaba del cereal. Y se dio cuenta que necesitaba comprar despensa; y se preguntó de dónde sacaría dinero, porque ya no tenía absolutamente nada.

Se duchó con agua tibia y salió rebosante de limpia y con una actitud positiva. El tono rubio de su cabello estaba a punto de quitarse, solo quedaba uno que otro residuo, que la hacía lucir estupenda, como si fuesen luces naturales en su castaño cabello.
Eligió un atuendo casual: jeans, botines negros sin tacón, una blusa manga larga color salmón con botones al frente y el abrigo que Eros le había obsequiado.
Se maquilló totalmente, recordando con vaguedad la dedicación de las maquillistas de la sesión y esperó pacientemente en la sala junto a su mochila y teléfono en mano.

No esperó mucho tiempo, puesto que el claxon inconfundible del Jeep la hizo saltar y correr a la puerta. Cerró con llave y bajó al porche, donde divisó a Clark recargado en la puerta de su automóvil con una sonrisa hermosa en los labios.

-Buenos días, bonita. ¿Lista para ir de nuevo a clases?-la besó en la frente y le quitó la mochila para ponerla en los asientos traseros junto a la suya.
-Buenos días. Con todo esto que ha pasado, no puedo creer que esté feliz por volver a la vieja rutina-vaciló al subir al asiento del copiloto.
Clark le cerró la puerta y riéndose rodeó el Jeep y arribó también.
-Tienes razón. Tampoco puedo creer que me emocione regresar a la tortura.

Encendió el vehículo y se dirigieron a la Universidad, la cual se suponía que estaba en perfectas condiciones para retomar las clases luego de varias tormentas.

-Tengo entendido que nos reubicaron en otra área del plantel-comentó ella-así que nuestro edificio estará inhabilitado un poco más.
-Me hubiera gustado no tener clases por más tiempo, siendo honesto.
-Ya estamos casi a junio y las vacaciones de verano están próximas; y no nos conviene estar sin clases porque los exámenes también están en juego.
-Pero nosotros no tenemos la culpa del desastre natural. Así que nos tendrían que pasar el semestre a fuerzas-alzó las cejas con vanidad-es nuestro derecho y obligación de ellos, ¿no crees?
-Tienes razón, pero órdenes, son órdenes-dijo y de pronto, la duda que siempre había tenido llegó a su cabeza-oye, ¿por qué dejaste de dormir en el dormitorio de la Universidad? Es un internado y debes quedarte ahí como los demás. La excepción conmigo es porque soy foránea, pero tú no.
-Ay, pequeña Skyler-suspiró y sin mirarla, depositó su mano derecha en la cabeza de ella-me impresiona ver que, a estas alturas, aún te preguntes el motivo.
-¿Fue por mí?-agrandó los ojos, sorprendida. Él asintió.
-Exactamente. Hice una petición de viajar diariamente por si en caso necesitabas que te llevara a clases. Dexter hizo lo mismo, pero por razones distintas. Él no quería permanecer solo en el dormitorio porque es muy asocial y prefirió hacer lo que yo, pero ahora que está de novio con esa chica, asumo que habrá una razón poderosa para quedarse de lleno al internado-bromeó.
-Wow, pero no debiste. Es decir, tenía el apoyo de Eros en ese entonces.
-Sí, pero yo quería pasar mucho más tiempo contigo, y ahí encerrado en la Universidad no iba a poder-confesó.
-Eso explica muchas cosas. Y creas o no, me cuesta aceptar que esto es real-se mordió el labio inferior.
-¿En serio me mirabas como un imposible?
-Sí, de hecho.
-Pues ya te habrás dado cuenta que soy completamente ordinario-sonrió-como cualquier chico de nuestra edad.
-Por supuesto-añadió ella, risueña, pero luego, el rostro de Joanna Boston apareció en su mente-oye, Clark , Joanna irá a clase, ¿no?
-Supongo que sí, ¿por qué?
-¿Qué hago si se me acerca a atacarme?
-Ya hablé con ella sobre lo nuestro. Joanna no te va a molestar en lo absoluto. Sabe bien que tú fuiste quién decidió que era lo mejor estar a su lado, por lo que no representa ningún peligro para ti.
-¿Le contaste que pasaremos un fin de semana juntos?-preguntó con malicia.
-Eh, no-se echó a reír-seré un idiota en lo que quieras, pero no soy tonto. Decirle eso sería como apretar el botón para hacer estallar y arder el mundo.
-Bien jugado, Clark, bien jugado-lo felicitó entre risas.

Mi Supermodelo Personal (TERMINADA)Where stories live. Discover now