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Pasamos de estar tocando el cielo a caer de espaldas al infierno.
Jamás había visto a alguien moverse tan deprisa como Demian. Un segundo más tarde, él ya se había puesto la ropa y yo, anonadada, apenas alcancé a agarrar mi pants y blusa.
-¡Vístete, amor!-me apresuró él.

Le hice caso y como pude, me vestí.
Por una milésima de segundo, logré verle la espalda tatuada y sonreí como boba.

-¿Skyler? ¿Demian está adentro contigo?-la voz de Eros me sobresaltó.

Demian yacía dando vueltas sobre su propio eje sin saber que hacer.
-Sí, aquí está. Estábamos por dormir-le contesté, dejando a Demian atónito.
-¿Qué diablos...?

Solté una risita y corrí a la puerta. No esperaba que Eros me mirara horrorizado y a la vez casi a punto de darle un ataque. Él comprendió lo que había entre nosotros y se quedó sin habla.
Sus ojos verdes, abiertos como platos y algo enrojecidos por el sueño, pasaron de mí a Demian y nuevamente a mí.

-¿Acaso quieren verme la cara de iluso?-logró articular.
-¿Por qué habríamos de ser tan cínicos?-musitó Demian, acercándose a mí y abrazandome. Recargué mi cabeza en su hombro.
-¿No se supone que estás con Clark ahora?-nos fulminó con la mirada.
-Nunca le dije que sería su novia-le informé-pero le diré que efectivamente no puedo ser más que su amiga.
-Dios... ¿no te das cuenta?-vociferó, con cólera.

Tanto Demian y yo lo mirarmos con desasosiego.
Eros estaba, literalmente enfadadisimo con nosotros.

-¿Sobre qué?-quise saber.
-¡Clark no es un juguete!-gritó y Demian tuvo que apartarme de él por si a caso se ponía violento. Era alucinante ver a Eros molesto de esa manera.
-Hey, cálmate-le instó Demian y apretó las mandíbulas cuando él se acercó a mí-no te le acerques o no respondo.
-Llamale ahora mismo y dile lo que pasó para que no venga a buscarte mañana u otro día-me ordenó, ignorando la advertencia de Demian-y que tenga en cuenta que no es ningún objeto con el que puedas jugar a tu antojo, así como lo es Demian para ti, Skyler.

No podía molestarme y protestar lo contrario o mostrarme ofendida por su comentario, porque era verdad. Había utilizado a ambos como objetos, sin ponerme a pensar en sus sentimientos.
Solo tuve que hacer el amor con Demian para hacerlo feliz, y tenerlo más a mi disposición; y me odié con todas mis fuerzas.
Bajé la mirada ante su acusación y detuve a Demian del brazo antes de que le descargara un puñetazo a Eros en la cara.
-Tienes razón. Le voy a llamar mañana, porque ahora mismo quizá debe estar buscando a su hermana-dije mecánicamente. No tuve el valor de darle la cara al hombre que me había cuidado por tantos meses. Tomé a mi chico de la mano y tiré de él hacia el interior de la habitación.

El rencor que percibí en los ojos de Eros me intimidó. Y antes de que cerrara la puerta, me dijo con seriedad:
-Te quiero como no tienes idea, hija, pero me parece insano que estés actuando de esta manera. Tienes que arreglar las cosas como es debido.

Y sin más, se alejó por el pasillo, rumbo a su pieza.
Esa confrontación provocó que me temblaran las piernas y unas incontrolables ganas de llorar invadió mis entrañas.

-Ven aquí-Demian acunó mi rostro entre sus manos y me besó.

Regresamos a la cama, ahora con aire taciturno y él se encargó de apagar la luz y arrullarme en sus brazos, haciendo que yo olvidara ese mal rato y me durmiera. Técnicamente veló mi sueño hasta quedarme rendida, acurrucada a su lado; sintiendo su aroma tan exquisito y su respiración alborotando mi cabello.
La sensación de tranquilidad, la cual había anhelado tantas semanas estaba en él. Demian era mi tranquilidad y había sido demasiado idiota como para no darme cuenta y jugar a experimentar.
Pero lo que me preocupaba era la manera en la que Clark iba a reaccionar cuando se enterara de mi decisión. Me iba a odiar totalmente. Me aborrecería a más no poder y lo comprendería.

Mi Supermodelo Personal (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora