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Abrí los ojos y a través de las pestañas observé como él aún mantenía cerrados los suyos mientras me besaba, sintiedo la helada lluvia caer sobre nosotros sin miramientos.
Desplazó sus manos a mi rostro e intensificó el beso.

-Realmente esto no está bien-dijo cuando dejó de besarme-quiero odiarte, sacarte de mi vida para siempre, y no caer ante ti como suelo hacerlo.

Parpadeó muchas veces a causa de la lluvia. En sus pestañas quedaron atoradas las gotas.

-Además, ya te perdí. Solo me queda hacerte infeliz-continuó diciendo.

Fruncí el ceño y retrocedí unos pasos, pero Demian evitó que hubiera una distancia entre nosotros.
Yo había comenzado a tiritar de frío, pero él parecía no darse cuenta o tan solo lo ignoraba.
Apretó brevemente mis hombros y se inclinó nuevamente a mí, como si fuera a darme un beso, y al momento de rozar sus labios con los míos, se detuvo.

-Ya es hora de que vayas a casa o lo lamentarás-susurró con voz seductora.

Me dieron escalofríos pero no supe si por su voz o por el frío de la lluvia.
Sentí enseguida un empujoncito hacia la puerta del coche y la abrió por mí.
-Ve directamente al departamento de Eros. Te escoltaré hasta verte llegar-me informó.
Ni si quiera pude decirle que no lo hiciera porque me cerró la puerta en la cara y corrió hacia su motocicleta que estaba en alguna parte.

Abrumada, eché a andar el vehículo cuando escuché el motor de la motocicleta de Demian detrás.
Y así fue como él me siguió hasta cerciorarse de que llegué sana y salva al departamento de Eros.
Aparqué en la acera y lo observé marcharse a toda velocidad bajo la lluvia sin el casco que pudiera protegerlo en caso de algún accidente.

-¡Skyler!

Pegué un salto del susto al ver a Eros estampado en el cristal con una mirada lacerante. Sostenía un paraguas con desdén.
Abrió la puerta sin pensarlo dos veces y me obligó a bajar.
-Entra al departamento. Yo me hago cargo de meter el coche-me ordenó, haciendo que agarrara el paraguas en lo que él se deslizaba detrás del volante.

Todo estaba oscuro, excepto por los faroles de luz de las calles y el agua parecía no detenerse.
Así que obedecí y entré corriendo al departamento hecha un asco.
Tenía la ropa empapada, por lo que sin miramientos me desplacé al baño para ducharme.

Tardé al menos veinte minutos y cuando estuve lista, salí a la cocina por algo caliente para beber, teniendo en cuenta que en cualquier instante Eros me atacaría con preguntas.
Pero no lo hizo. Sentí su mirada lacerante en mi espalda y me encogí al escucharlo avanzar.
Simplemente se inclinó por encima de mi cabeza para bajar algo de la almacena.
Él estaba empapado hasta las pestañas, pero no emitió ningún sonido.

-¿No vas a regañarme?-le increpé, perpleja.
-No, aún no-dijo con desdén.

Se alejó unos pasos de mí, sin antes enviarme una mirada llena de incertidumbre.
Esperó a que yo añadiera algo, pero por la conmoción, me quedé sin palabras, por lo que Eros abandonó la cocina, yéndose a su habitación, dejando huellas de agua a su paso.

Pensativa por su reacción extraña y pasiva, preparé café y mientras esperaba, tomé asiento en el sofá, escuchando la tormenta de afuera.
Vislumbré mis cosas de la Universidad junto a mis pies y busqué rápidamente el teléfono, quitándole el modo avión para mandarle mensaje a Clark.

Recibí varios mensajes de su parte al momento que el aparato hizo contacto con la red y resoplé.

"Se me acabó la batería, lo siento, pero desde hace rato llegué al departamento de Eros, no te preocupes:)"

Mi Supermodelo Personal (TERMINADA)Where stories live. Discover now