Capitulo 4

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Camila.

Estupida y maldita Lauren Jáuregui.

Messi versión Avon.

Malditos ojos verdes.

Ni siquiera eres buena, si no fuera por Heath y Morgan no sería nadie.

Me cae mal.

¿Por que me habla? ¿No sabe que soy la segunda mayor autoridad del país después de mi papá?

¡Era una tonta! ¡Y yo más tonta por estar respondiéndole los malditos mensajes a una total desconocida! ¿¡Que me pasaba?! Aparte estoy sonando como toda una inmadura, me volví igual de tonta que una futbolista que lo único que sabe hacer es correr detrás de un maldito balón, y si estoy replicando las palabras de mi padre en estos momentos.

Es que yo era Camila Cabello, una chica intachable con un carácter que nadie puede dominar, soy la realeza del Banco de papá luego de que él haya decidido irse al mundo de la política, influyendo en mi, en mamá, en nuestra familia envolviéndonos en ese ámbito. Estaba orgullosa de él, amaba tanto a mi padre que soñaba con casarme con una persona como él, es como ese sueño de niña pero sigue perdurando ahora de adulta. Él era todo lo que yo esperaba, maduro, fuerte, admirable, seguro de sus derechos y nunca se rendía, además de ser el mejor papá del mundo, hay que decirlo me cuidaba como su mayor tesoro junto a Sofia, lo amaba por eso. Aún así yo tenia mi propia libertad, tampoco es como si fuera encerrada en una torre para que un príncipe me rescatara...

¿Por que me imagine a Jáuregui con su ropa de futbolista trepando la maldita torre? Debe ser el maldito estrés del trabajo.

Maldita Jáuregui.

Pero olvidando a la Messi después de ser atropellado, tenía un carácter digno de admirar, siempre lograba lo que quería, y si quería a alguien a mis pies también lo hacía... no es por ser una presumida pero tengo miles de pretendientes a mis pies aunque muchos les asusta mi papá por ende no se acercan. Lauren era una más de esos, con la diferencia que era una mujer, no me considero heterosexual, digamos que en este siglo etiquetarse era algo innecesario cuando el amor solo llega a tu vida, pero jamás he tenido experiencias ni siquiera sexuales con mujeres, siempre han sido chicos cayendo a mis piel. Y digamos que siempre pero siempre logro tener el control,  cuando lo cedo ha sido horrible, amo el control, amo ser lo que soy.

Amo mi carácter de autoridad, amo que las personas me miren al caminar, me encanta saber que soy guapa, caliente y sexy. Soy la típica empresaria que tiene el mundo el a sus pies aunque soy muy de piel con las personas que quiero, es mejor no atravesarse conmigo. Díganle a la hija de Trump eso, porque la última vez que nos vimos no le fue muy bien que digamos... pero también tengo un buen corazón, amo a los niños, amo ayudar a la gente y siempre ando metida en las fundaciones, eventos de beneficios ayudando a los demás y no solamente para generar Una buena imagen, sino porque en verdad me gusta hacerlo. De hecho amaría algún día seguir los pasos de mi padre indagando en el mundo de la política para ayudar a todas esas familias, niños, adultos, personas que lo necesiten realmente, mejorar la salud del país y hacer de Estados Unidos un lugar mejor de lo que papá ya lo está haciendo, porque él es un excelente presidente, en más todo indicaría que ganaría su reelección y esta vez los ajustes de reelección cambiaron, por política de Obama (Esto no es verdad) papá puede salir hasta tres veces seguidas como presidente del país, y eso es a lo que él aspira totalmente, lo que familia aspiramos, más si yo estoy llevando tan bien todo el asunto del banco.

-Maldita alarma.- murmuré abriendo mis ojos a las ocho de la mañana, lo único bueno de ser la jefa de todo el Banco Cabello es que podía llegar a las nueve de la mañana.

El Poder. CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora