Capitulo 42

34.2K 1.2K 852
                                    

Camila.

-¡Para idiota!.- grite empujándola a un lado.

-Pero si no estoy haciendo nada.- se excusa con su tonta sonrisa inocente.

-No estoy haciendo nada te voy a poner.- le di un golpe en el brazo, ella se seguía riendo.

¡No es chistoso!

¡La iba a matar!

-Pero si no es nada, sólo eran unos besitos.- me dice, dándome un beso corto en los labios. -No es mi culpa que tu piel sea tan apetecible princesita.- se excusa.

-Es tu culpa no controlarte cuando sabes que no podemos hacer nada tonta.- le digo sería cruzándome de brazos.

-¿No te gusta que te de besitos?.- me dice haciendo un puchero con su mirada "triste".

¡No hagas eso que me dan ganas de abrirme de piernas y que quites esa mirada tonta! ¡Y llenarla de besos hasta que quitara esa tonta mirada!

La odio.

-No cuando no puedo hacer que esos besos terminen en mi coño.- le digo vulgarmente porque estaba enojada.

-Que ordinaria te has puesto princesita.- me dice riéndose, se acomodo a mi lado poniendo su mano sobre mi abdomen.

-No, tú me haces perder la paciencia.- le señaló y Lauren volvió a reírse.

-Solo eran besitos.- protesta.

-No eran sólo besos cuando me dejaste llena de baba Jáuregui.- le digo, Lauren se encogió de hombros haciéndose la inocente de nuevo.

-¿Prefieres la baba de los Pulgosines?.- cuestiona, y negué de inmediato.

-No prefiero ninguna, me caen mal todos ustedes incluso los cachorros.- le digo molesta.

-¡Más respeto con tus nietos!.- dice ofendida. -Mala abuela...- dice negando.

-La única mala abuela eres tú que ni los visitas, y abandonas a su mamá como si nada.- le protesto.

-No la abandone, la deje con el Amor de su vida.- señala, sonriendo triunfante. -¿o quieres separar a la familia?.- cuestiona..

-No se trata de eso, idiota.- le digo sería. -¿Ves que no puedo hablar contigo de nada?.- protesto.

-¿Por que no?.- me dice alzando una ceja.

-Porque de todo haces una maldita broma intentando hacerme enojar.- le digo gruñendo.

-Es que me gusta verte enojada, te vez más caliente y no tan "Soy la princesita".- me imita.

-¡Yo no habló así!.- le saque el dedo de al medio. -Me haces ver como una adolescente de dieciséis años Jáuregui.- le digo protestando.

-Pero si lo eres internamente.- asegura ella, la iba a golpear pero antes me beso suavemente evitando mi agresión suave. -No te enojes princesita, solo estoy bromeando contigo.- me asegura.

-No me gustan tus bromas, más si me dejas caliente y frustrada.- le digo bufando, haciendo yo esta vez un puchero.

-Nos queda poco para quitar toda esa frustración.- me asegura, beso mis labios nuevamente. -Y tú no querías acostarte conmigo.- dice riéndose.

-Aun no lo quiero pero a veces hay que sacrificarse.- siempre ganando nunca inganando.

La tonta de Lauren volvió a reírse. ¡La odiaba de verdad!, no le encuentro el maldito chiste a la situación, si ella no me hubiera arrastrado hasta este punto yo estaría tranquila en mi casa en Los Ángeles, con Leo siendo un perro normal sin tener que cuidar a su hija embarazada, siguiendo con mi vida feliz y perfecta. ¡Pero no! Tenía que aparecer el sapo feo de la historia acosándome... bueno no es acoso cuando uno lo quiere, y lo acepta, pero ese no es el tema, el tema es que ella me había arrastrado a seguirla como su tonta amiga sexual. ¡Se dan cuenta en lo que me convirtió! Nunca fui una santa cuando del sexo se trataba, sin embargo tampoco era una adicta, y ahora andaba enojada por no poder follar con la idiota.

El Poder. CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora