Capitulo 39

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Omnisciente.

Era una locura ir a Lyon en esos momentos el lugar donde se jugará la semifinal y la final del mundial femenino, Camila lo sabía pero la idea de ver a Lauren luego de estar tres semanas bastante lejos por todo el tiempo que el fútbol ocupaba la vida de la futbolista era algo que la entusiasmó tanto, al punto que poco le importaba que Tom estuviera a su lado, ella no iba por acompañarlo a él, ni siquiera por ver el partido de la selección, sino ver a Lauren jugar y romperle el culo a las Brasileñas con sus jugadas. Aunque lo último sería más un pensamiento de Lauren, fue lo que Camila pensó en esos momentos mientras arribaban al avión junto a los dos perros, sus maletas y la ilusión de estar con Lauren otra vez.

Por primera vez agradecía que su papá fuera un metiche haciéndose cargo del banco para que ella fuera a Francia, aunque su papá lo hacía porque iba con Tom, el nunca se enteraría de la verdadera razón por la que acepto ir, de hecho sus planes eran ir solo al partido con el chico y luego dejarlo ser libre para que fuera a conocer a las francesas dejándola a ella en la Suite Presidencial con Lauren... La necesitaba tanto en la manera sexual, habían sido largas semanas sin tener su cuerpo sobre el de ella, su boca en su entrepierna y la manera que ella la hacía sentir al momento de darle placer, la necesitaba de esa manera tan carnal, Tan vulgar y tan ardiente que le fascinaba.

Era increíble como una mujer podía brindarle tanto placer, y como Lauren le dijo en algún momento nunca nadie la había hecho sentir como ella lo hizo. Desde su primera vez en Los Ángeles, hasta la última también en su casa. Nunca imagino estar siendo follada con un strap on, nunca pensó que iba a tener sexo en su oficina de una manera Tan salvaje, pero cuando Lauren estaba a su lado era como si todo lo que ella le propusiera hacer le fascinaba. Y fue un gran esfuerzo no ceder ante ella cuando estaban en la cama en Francia, tuvo que luchar contra sus propios deseos sin ser egoísta, porque sabía que Lauren no podía hacerlo y a veces la futbolista era una idiota, soliendo pensar más con sus instintos sexuales que con la mente, sumando el hecho de que era una idiota en muchos sentidos.

Tuvo que contenerla y pensar en lo que Lauren podía perder, aunque su cuerpo ardía por completo ante los besos que deslizaba, no era correcto, no por el bien de Lauren. Ella también perdería al saber que por su irresponsabilidad la chica no estaría concentrada en el mundial y más aún faltando las restricciones que por algo su entrenadora les había puesto, no quería ser la responsable de que los sueños de Lauren no se cumpliera, porque a pesar de todo era su amiga, su amiga sexual pero al final de todo era su amiga la chica que confiaba y que sabía que la iba a apoyar en cualquier cosa que le pidiera.

Le importaba Lauren, como persona. Y le importaba su carrera. De alguna manera ya quedaba poco para volver a tenerla, y que hicieran todo lo que quisieran juntas. Cada vez que se masturbaba pensando en ella, imaginaba las miles de formas que tendrían sexo luego de la noche de la final si es que Lauren llegaba, quería que ganara para hacer darle su jodido premio porque en el fondo ella iba a disfrutar mucho más de ese premio, estaba segura que no iban a salir en mucho tiempo de la habitación hasta satisfacerse por completo de la necesidad que sentían.

No le importaba, su papá, su mamá que también vendría, incluso su hermana y toda la familia de Lauren presente. Habían cosas más importantes primero, como el follar hasta no dar más. Esos pensamientos de la princesita era algo que nunca antes hubiera imaginado, a lo más follaba dos veces con el mismo chico y los otros eran sus novios, pero jamás se había sentido tan deseosa para disfrutar del placer que una persona podía darle, sumando el hecho de que siempre tenía el control, porque era la única manera de que disfrutara.

Con Lauren no era así, Lauren de todas las maneras la hacía disfrutar.

-¿Ella está embarazada?.- Tom intentaba hacerle cariño a Princesa pero está le gruñía y Leo lo miraba amenazante.

El Poder. CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora