Capitulo 28

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Lauren.

Prepararle la bañera a la princesita, eso es lo que hacía a estas horas de la tarde en Los Ángeles, preparando una bañera a la realeza y lo estaba repitiendo para que dejara de sonar ridículo. ¿Desde cuando que la gran Lauren Jáuregui le estaba poniendo burbujas al agua donde la hija del presidente se iba a bañar?

¡Yo no nací para esto!

¡Yo soy la mejor futbolista del planeta para estar consintiendo a la princesita!

¿En que me convertí?

¿Por que soy así?

¡Esto es culpa de Ermita! ¡Si ella no me hubiera hablado de la hija del presidente yo estaría follando con una modelo cualquiera en mi casa en Barcelona!

Pero... ¿quería eso realmente?

No lo quería, porque ninguna de esas modelos me hubieran tenido echándole burbujas a la bañera. Y esto no era todo el escándalo mental que tenía en estos momentos ¡Yo me había ofrecido a hacerlo!.

¿Por que cuando estoy con la niña mimada digo cosas y hago cosas que luego me regaño a mi misma?

Soy idiota como me dice ella, y si la culpa la tiene mamá por no tomar ocho huevos por ochos mañanas en ayuna. ¡No se me cerró completamente el cerebro! Y no exagero, porque de verdad me siento tonta haciendo esto. ¿Cuando yo había hecho algo así por alguien? Jamás en mi vida, ni siquiera por mi ex novia, siempre fui egoísta en ese sentido, era una novia horrible la verdad.

Era detallista y hacía sentir bien a mi pareja lo reconozco, pero no era muy cercana... no era empalagosa porque no me nacía hacerlo, pero con Camila solo fluía y me estaba asustando eso. ¿Por que era así con ella? Quizás era porque me aterraba que su papá me mandara a matar pero sabía que eso no pasaría, o quizás era el hecho de que era una amiga cercana, si era una buena amiga, pregúntele a Ermita.

El hecho de dejarla follar en mi casa, en mi sofá a sus conquistas era mucha amistad. Pero a Camila no la dejaría jamás, en más no quería a ningún hombre siquiera pensando en tocarla. Eso se debía a que con ella tenia sexo porque con Vero jamás tendría sexo, de hecho el pensarlo me daba náuseas, era como mi hermana, le conocía absolutamente todo hasta las espinillas de su culo, pero no se lo diremos porque sino no se transforma.

Que era tonta la Ermita.

Pero a lo que voy es que no es que yo esté sintiendo algo más por la Princesita, la gran diferencia entre ella y Vero, era que con Camila había sexo, por ende de alguna manera la sentía más cercana en el ámbito de "pertenencia", con ella no podría hablar de cuántas mujeres me quiero follar, lo más seguro es que me golpee y me deje de hablar, pero si puedo hablar de otras cosas. Es de esas amigas que confías, puedes hablar y además te sirve para tener sexo, pero nada más. Yo no sentía "amor" por Camila, ella tampoco lo sentía por mi.

¿Por que lo vuelvo a repetir? Porque se puede mal interpretar mis acciones, e incluso mis palabras y no quería eso, no quería tener más problemas.

Además que era lo mínimo que podía hacer por la mujer que me albergaba en su casa, y me encantaba pasar tiempo con ella, me sentía cómoda a su lado. Me hacía reír y el tiempo pasaba volando con ella. Me daba risa la manera intensa que negaba todo, su fastidio y la manía de ser perfecta en todo, incluso su armario era una perfección, todo perfectamente ordenado por color, categoria, tamaño entre tanta cosa. Definitivamente eramos mundos opuesto porque yo tenía todo desparramado en cualquier lado y no sabía si la camiseta que me puse estaba limpia o sucia. Mamá siempre me regañaba por eso cuando era joven, siempre he sido un desastre en ese sentido.

El Poder. CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora