Capitulo 47

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Lauren.

Ella me dijo que me quería.

Eso sonó como una adolescente de quince años cuando su crush le habla.

Que puberta soy.

¡Pero me dijo que me quería!

Ella me quiere.

Si a mi me quiere.

Y yo la quiero a ella.

Bueno... cualquiera me querría si soy tan perfecta, pero que la princesita lo hiciera era diferente, porque ella me importaba y yo también la quería a ella, por ende era la mejor sensación del mundo. Aunque nunca dudé que en esto las dos iríamos sintiendo lo mismo por la otra, nunca pensé que ella era la que lo diría. Con su arrogancia y manía de ser superior a los demás, era tan difícil a que se abriera con sus sentimiento y fuera directa conmigo que me impresionó más de lo que imaginaba.

Sabía que Camila amaba tener todo el control, era una mujer que luchaba por lo que quería y jamás iba a perder una batalla. Lo vi por primera vez cuando fue a verme a Barcelona luego del problema que tuvimos juntas por los malos entendidos, era terca pero esa terquedad era su mayor fortaleza. Camila no se rendía fácilmente, y si ella quería algo lo iba a conseguir, porque perseveraba. A pesar de que a veces detestaba su manía de siempre ganar al mismo tiempo me gustaba. La segunda vez que la vi fue con Matthew, cuando al pobre no le quedó más opción que desaparecer prácticamente de su vida quedando en total silencio ante lo que vio entre nosotras en la casa de la morena, incluso con su papá habia sido así, le había reclamado y lo había mandado a la punta del cerro por interferir en su vida, por que ella era libre terca y porque luchaba por lo que quería, eso era su propia elección de las personas con las que quería estar.

Consiguió lo que quería cuando su papá le dijo que no iba a interferir en buscarle otro pretendiente luego de lo sucedido por Tom. Creo que el presidente temió de la histeria de su hermosa hija.

Mi princesita.

¿Que me estaba haciendo Camila?

No lo sabía, como ella estaba logrando tantas cosas en mi. No era una mujer romántica, de hecho no era el tipo de chica que llevaba flores o rosas a otras, pero con Camila podía hacerlo porque sentía que ella merecía lo mejor del mundo de alguna manera. Haría todo por ver esa sonrisa en su rostro todos los días, es que ella era la chica que estaba inspirando a mi corazón, no era Una idiota para no darme cuenta de eso.

Yo no dedicaba goles y si lo hacía debía ser una ocasión especial. Pero ahora todos mis goles van para ellas desde que comenzamos a hablar, con la doble intención de hacerla enojar, pero el gol que marque en la final no fue con el propósito de fastidiarla... bueno no en la mayoría, sino de verdad porque era para ella y aunque suene tonto, el dedicarle un gol era importante para mi, más si encontraba que valía mucho más que cualquier detalle banal y común.

¡Ahí quedaron tus rosas feas Tom!

¡Tus invitaciones Tucán!

¡Ninguno de ustedes le daba algo realmente valioso idiotas!

Que buena chica soy.

A veces me sorprendo por lo maravillosa que puedo llegar a ser.

Pero ese no es el punto, porque todos sabemos lo increíble que Lauren Jáuregui es, o sea yo. El punto es que hemos dado un paso tremendo en sea lo que sea que tuviéramos. De alguna manera sabíamos que esto ya no era una simple amistad y también que no sabíamos hasta qué punto íbamos a llegar. No tenía miedo a nada con Camila, pero me tranquilizaba el saber que aún no la amaba, porque si eso llegaba a suceder sabía que yo estaría totalmente perdida al igual que ella.

El Poder. CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora