Capitulo 8

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Omnisciente.

Luego de la conversación que ambas tuvieron, Lauren cayó profundamente dormida debido al cansancio además que era la única manera de no pensar en Camila Cabello y la hermosura que era. Era increíble con hablar unas horas con ella podía cambiar su mundo en segundos, partiendo por el hecho de que ya tendría planes para el día viernes, y qué planes, ver Below her Mouth con la princesita era algo tan peligroso como divertido, podría ser todo un éxito pero al mismo tiempo un fracaso, estaba jugando con fuego, arriesgando mucho pero dicen por ahí, "El que no arriesga no gana" y Lauren sí que quería ganar, tener a esa princesita bajo su cuerpo pidiendo más y más, porque le atraía, le gustaba y soñaba con tocar su piel morena, sacarle ese carácter autoritario buscando el verdadero punto donde ella se dejara llevar por completo. La anhelaba de una manera que nunca había anhelado a nadie y eso era algo por lo que debía luchar hasta obtenerla, como dijo antes la misma Lauren, ella conseguía todo lo que quería y Camila era algo que quería demasiado, por ende haría todo para lograrlo incluso arriesgando más de la cuenta si eso es posible.

Aún así no se arrepentía de nada, sabía que Camila Cabello valía totalmente la pena, a pesar de ser la hija del presidente, incluso por ser una empresaria importante, dueña del banco más grande de Estados Unidos y quizás una de las mujeres más importantes del país. Pero si de algo estaba segura que la morena era una persona como todas, sin importar todo lo que tenía ella merecía mucho más, merecía ser apreciada, tocada y disfrutar de los placeres de la vida, algo que Lauren podía darle sin problemas, más si su mayor deseo era que la morena disfrutara.

Estaba de rodillas por Camila en el sentido metafórico, haría cualquier cosa por tenerla aunque sea una vez en su vida, incluso ser la persona que más goles ha marcado en la historia del fútbol en un partido solo para conseguir algo de ella. Quería que fuera feliz, el haber sabido esa tarde que no había tenido un buen día, que estaba pasándola mal le incomodaba porque sentía que Camila merecía lo mejor, no estar estresada o estar bajo las órdenes de su padre que estaba segura que era un idiota, más de lo que su gobierno mostraba. Quería a una chica libre y feliz, quizás haciendo todo lo que hace pero no con días malos. Quizás se estaba entrometiendo mucho en el tema y no debía hacerlo porque ni siquiera conocía a la morena en persona, y tampoco eran grandes amigos, las conocía hace más de una semana y eso no te hace tener un análisis completo de la otra persona, pero de alguna manera no se sentía como si la conociera de ahora, sino desde siempre siendo aún más extraño todo, pero con Camila todo era sumamente extraño, solo había que recordar como empezó su conversación por Instagram.

Nada era común entre ellas y eso lo hacía especial.

Camila, bueno ella esa noche termino mal. Primero porque seguí odiando a Lauren Jáuregui con todas sus fuerzas por ser las personas más vulgar del mundo, atrevida y acosadora que pueda pisar la tierra, sumando el hecho de que era una engreída creyendo por completo que ella quería acostarse con ella siendo que era totalmente erróneo... al menos eso quería hacerse creer porque en el fondo o más bien en la superficie, su cuerpo anhelaba más cuando Lauren decía todas esas cosas que la sacaban muchas veces de sus casillas, logrando odiarla pero lo negaría hasta el fin porque no le daría el gusto a esa idiota de ganar ese maldito juego que estaban jugando, era una imbecil. Pero aún así se sentía bien hablé con Lauren, a pesar de que discutiera con ella la mayoría del tiempo esa tarde había logrado subir su ánimo de una manera increíble, a su manera tan idiota de ser, logro hacerla olvidar del día que había tenido distrayendo no solo su mente sino provocando cosas en su cuerpo que nunca nadie había provocado solo con mensajes insistentes que odiaba profundamente.

Era una imbecil y eso no iba a cambiar.

Era una vulgar.

Una ordinaria.

El Poder. CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora