Capitulo 66

25.1K 1.1K 771
                                    

Lauren.

Extrañaba mucho a mi princesita, demasiado. Y los días que fui a los amistosos con la selección fueron tan pocos los momentos que estuve con ella que no era suficiente para mi, y tampoco para ella. La necesitaba conmigo siempre y no podía seguir viviendo cada día sin su presencia. Era terrible despertar todas las mañanas sin estar abrazándola, la verdad no me sentía feliz sin ella a mi lado, porque Camila completaba esa parte de mi vida y mi ánimo comenzaba a decaer notablemente, ni siquiera el fútbol me estaba llenando completamente en estos momentos cuando todo lo que necesitaba era Camila.

Estábamos a finales de Noviembre y no veía a Camila hace dos semanas cuando ella vino por el fin de semana a acompañarme en uno de los partidos de la Champions. Lo malo es que sólo estuve una noche con ella, el tiempo era Tan limitado cada vez que venía o que yo iba que todo era sumamente frustrante para las dos, anhelábamos mas tiempo y tener mas momentos juntas, aunque las videollamadas, las llamadas telefónicas y los mensajes de textos eran todos lo días, a cada momento no era lo mismo que tener la presencia de la otra en tu vida.

Estaban siendo días difíciles la verdad, mi rendimiento futbolístico no bajaba pero si mi ánimo en el camarín, en los entrenamientos hasta incluso con la prensa, me frustraba más rápido cada vez que una jugada no me salía o que un disparo salía desviado, incluso cuando me hacían una falta reaccionaba de mala forma y muchas veces estuve apunto de ganarme tarjeta con la actitud que iba contra mi rival, aún así mis compañeras de equipo ayudaban a bajar mis decibeles controlando esa parte de mi carácter que muchas veces ni yo sabía manejar.

Todo era porque extrañaba a Camila.

A los Pulgosines.

Pulgosines que volvían a estar ellos dos solos debido a que los minis pulgosines ya habían ido con sus nuevas familias y ellos tenían constante contacto con sus hijos, era la promesa que le hicimos con Camila, aunque nos dolía separarlos no podíamos hacernos cargo de seis perros, y el dejarlos con las personas más cercana a nosotros hizo que esa decisión fuera más fácil no solo para nosotras sino también para los perros que de alguna manera entendieron que era lo mejor y que siempre estarían con ellos, si eran Tan lindos mis Pulgosines.

Los extrañaba mucho.

¡Quería a mi princesita!

Y quiero pelear con alguien por eso, pero Ermita casi no pasa conmigo más cuando se arrendó un departamento para tener su historia de amor con Emily. No se como esa mujer la envolvió tanto al extremo que no podía vivir sin Emily a su lado, parecía una idiota, era súper gobernada con ella, hacía todo lo que le pedía y mas del tiempo le andaba dando en el gusto en todo lo que le pedía, me sorprendía esta mujer teniendo en cuenta que hace no mucho tiempo cambiaba de novia como cambiarse de bragas.

Aunque... Ermita no le gustaba bañarse mucho.

¡Pero es secreto!

Ahora con Emily se baña siempre, si es Tan gobernada.

Por suerte yo no soy así y a mi nadie me controla. Ni siquiera la princesita caprichosa que vive al otro lado del mundo.

Soy una mujer libre.

Y si alguien quiere decir lo contrario dígalo, pero les tirare a mi hermosa novia para que les pegue por andar diciendo cosas que no son así.

¡Mi novia!

Ahí quedaste Tom, ella me ama a mi y ni tus besos forzados lograron conquistar a mi princesita porque yo lo hice mucho mejor.

Y si, sigo enojada porque él la beso delante todo el mundo.

El Poder. CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora