ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ ᔕⓞⓝⒺ ⓢⓗⓞⓣⓢᔕ TERMINADO.

Muichiro Tokito

Después de una larga jornada de trabajo en una misión volviste a casa en la finca mariposa, donde Shinobu te permitió vivir. Cansada realmente fuiste en busca de tu botella de shochu¹ el cual tomabas sólo en ocasiones especiales puesto que, es difícil de conseguir para ti (ya que eres menor de edad.)

Tomaste un vaso y comenzaste a beber mientras mirabas el cielo estrellado de la noche por la ventana de ti habitación. La fría brisa del aire pegaba en tu cara, los ruidos de la naturaleza y tu bebida te relajaron un montón, en verdad que te habías estresado en tu misión. El frío no era de importar debido a el alcohol que te encontrabas tomando, no bastaron más que dos tragos para que su alto contenido de alcohol hiciera efecto.

Uno de los pensamientos del cual dejaste de preocuparte gracias a tu trabajo volvió a aparecer. Muichiro.

Dios, en verdad que te gusta ese chico; su actitud calmada y despreocupada, su cabello largo negro con las puntas de color menta al igual que sus ojos.
Odias aceptarlo pero en serio le hace ver atractivo.

No querías seguir pensando en él ni derivados, esa fue la razón por la que te habías ido de misión sin embargo, resultó peor ya que lo recordaste al empezar a beber tu shochu¹ sólo querías descansar un momento.

Pero... Una idea pasó por tu cabeza y no fue ni más ni menos que producto de tu bebida.

Saltaste fuera de tu cuarto con cuidado de no caerte, tus sentidos se habían visto algo nublados gracias al estado en el que te encuentras. Sin hacer mucho ruido para que nadie te escuchara ni mucho menos Shinobu quien sabía tu enamoramiento hacía el joven pilar. Caminaste hablando contigo misma murmurando muchas cosas que le dirás.

—Tokito-sama te amo mucho ~ —decías mientras reías.

Tu otra idea fue llevar la botella de shochu¹ invitarle y esperar a que los dos estuvieran en el mismo estado para que te le pudieras confesar.

Definitivamente no fue para nada como lo planeado.

Cuando llegaste, entraste sin pedir permiso alguno, era de noche parecías una maldita ladrona. Sólo llegaste a donde él, te le quedaste viendo como por cinco minutos sin decir nada, él te vio después de ese tiempo al sentirse algo incómodo.

—¿Estás tomada? —preguntó parándose de donde estaba para acercarse a ti —sí, lo estás.

Se respondió solo al oler el alcohol.

—Tomemos juntos Tokito. —Le dijiste enseñándole la botella y un sonrisa.

—¿Por qué tomaste? —ignoró tu comentario y tomó tus manos para después llevarte a que te sentaras.

—¿Podemos tomar juntos? —preguntaste más insistente.

Lo jalaste para que se sentara a tu lado en la cama. No dijo nada, sólo mantuvo esa mirada de siempre.

—No.

Fue su respuesta a lo que decidiste mejor responder a la pregunta que había hecho anteriormente. Dejaste la botella de alcohol a un lado y te acostaste en la cama, levantando un poco tus pies, no estabas acostada en su totalidad.

—Acabo de llegar de una misión tiene como... No sé, media hora —respondiste. —Estoy agobiada únicamente y para acabar —suspiraste. —Pensé en ti también.

—¿Pensaste en mi?

El tono de voz con que lo dijo hizo que tu corazón latiera a mil, te sonrojaste aún más y ya no supiste que decir.
Suave e inocente, lento e interesado fue como lo dijo.