ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ ᔕⓞⓝⒺ ⓢⓗⓞⓣⓢᔕ TERMINADO.

Au Moderno! Zenitsu Agatsuma

Continuación de la parte anterior.
Literal, la parte anterior está atrás de esta por si no recuerdan que pasó y quieren volver a leerla uwu

Tus labios se movieron sin embargo de inmediato saliste de tu tonta fantasía. Negaste con la cabeza, imaginarlo era más fácil que decirlo; esto sólo hizo que Zenitsu se preocupara más y se acercara un poco a ti. Llegó una brisa de aire frío donde ustedes y esto provocó que te abrazaras, no llevabas un suéter tan caliente y por ende era fácil que te diera frío pero... En realidad era porque estabas nerviosa. Te encuentras nerviosa de tener a Zenitsu a tu lado, de sentir sentimientos de los que aún no estás segura, fue entonces que las palabras de Shinobu se repitieron en tu cabeza; «¿Te gusta ahora porque ya no está contigo?» Pese a todo eso, la verdadera pregunta aquí era qué yan egoísta podías llegar a ser.

—¿Te encuentras bien, _______-chan? —preguntó de nuevo el rubio. —¿Tienes frío? Podríamos volver...

—No, no estoy bien —reíste mientras mirabas el cielo. —Definitivamente no lo estoy.

—¿Q-qué tienes? —Zenitsu comenzó a sentirse nervioso.

Cuando estaban juntos nunca llegaste al punto de ser tan honesta de una manera no sarcástica. A pesar de que te habías reído se notaba la tristeza en tu voz y sobretodo en tu forma de actuar. El de ojos dorados nunca vio tal parte tuya, no solías verte como alguien "débil" frente a los demás: sólo Shinobu y ahora Zenitsu conocían esa parte tuya. Para entonces ya te habías recostado sobre el piso, tu mirada fue directo al cielo, a las estrellas que brillaban en la noche.

—¿La luna sin las estrellas se sentiría sola? —preguntaste. —Olvídalo, es una estúpidez.

—Posiblemente nunca esté sola aunque las estrellas no se vean —respondió más tranquilo con una sonrisa. —Es una analogía extraña, ¿por qué preguntas?

—Yo me siento sola —respondiste volteando a verlo.

Los dos se vieron a los ojos. Zenitsu abrió estos por sorpresa, como mencioné anteriormente; casi siempre te mostrabas como la persona que prestaba su hombro para llorar, no la que lloraba en el hombro de alguien más. Toda la situación empeoró cuando una lágrima cayó por tu mejilla, Zenitsu te estaba viendo a los ojos, los dos se estaban viendo a los ojos, ¿cómo no te iba a ver? Pese a que las lágrimas empezaron a salir primero de tu ojo derecho, después comenzaron a caer como lluvia. En todo este momento intentaste guardar silencio, no querías que se escuchara tu llanto así que tus lágrimas sólo corrían por tu rostro mientras Zenitsu se encontraba callado.

—No estás sola —habló por fin.

Su mano fue a dar a tu cabello, acariciando con cariño y suavidad; un tierno acto de ¿amor?

—C-claro que lo estoy —respondiste con un nudo en la garganta.

—No lo estás, Shinobu, Tanjiro, Inosuke, Nezuko —entonces mencionó su nombre. —Y yo estamos contigo.