Iguro Obanai

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Super fuffly, ¿no sabes que es fuffly? Pues derritete en este one shot que parece un algodón de azúcar y tal vez tenga un rpqueño spoiler de lo que hau detrás de sus vendas, pero en este punto quién no lo sabe aún?

Super fuffly, ¿no sabes que es fuffly? Pues derritete en este one shot que parece un algodón de azúcar y tal vez tenga un rpqueño spoiler de lo que hau detrás de sus vendas, pero en este punto quién no lo sabe aún?

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Iguro se enfermó por pelear con tres demonios bajo la lluvia, después de derrotarlos, llegó a su finca para dormir y al día siguiente a entrenar a las personas que eran sus aprendices también bajo la lluvia.
El de ojos bicolor prefería morirse primero antes de aceptar que tanta tos y el cuerpo caliente fueran un tipo de gripe, siguió entrenando hasta que quedó tan mal que no podía salir de la cama.

Obvio te quedaste con él, en ningún momento te fuiste o lo dejaste solo incluso antes de que empezara a sentirse tan mal, estabas ahí pidiéndole que dejara de entrenar.

—Ah... Pero tenías que ser tan terco —dijiste tomando el pañuelo de su frente y mojándolo en agua fría.

Su serpiente hizo uno de sus ruiditos apoyando tus palabras, después de exprimir un poco el pañuelo lo volviste a poner sobre su frente, el azabache desvió la mirada lejos de la traición de su amigo y tus regaños.
Llevaste tu mano a la frente de Obanai, tocándolo, aún seguía caliente.

—Pero querías impresionarla, ¿no? A fuerza querías entrenar, casi sales de aquí directo a la ciudad para comprarle algo... ¿O me equivoco? —preguntaste dejando tus celos a flote. —¿Y ahora dónde está ella? Ah claro, fantaseando con los demás pilares.

Kaburamaru lamió tu mano para que te calmaras, Iguro, quien te había dado la espalda antes, volteó para verte. Aún tenía las sábanas sobre él tapándole hasta la nariz pero sus ojos eran la total expresión de su cara, su serpiente se había subido ya a tus hombros enredándose en ellos.
Los ojos de Obanai, sus hermosos ojos parecían sorprendidos no podías ver su boca pero seguro tenía algún tipo de mueca burlesca.

—¿Estás celosa? —el tono que usó fue todo.

—No para nada, ¿quién estaría celosa de ese chica tan desarrollada y linda? Es más por ella abandono mi heterosexualidad —dijiste con sarcasmo pero no era tan mentira.

—Estás celosa. —confirmó el solo.

—Obvio lo estoy.

—No deberías de.

—¿Estás bromeando? —preguntaste frunciendo el ceño. —Olvidalo, me cansé de todo esto, me largo.

Te ibas a levantar pero Iguro tomó tu mano, hasta su mano estaba caliente, su estado era malo; hasta ese punto.
Se quedó así durante un momento, suspiraste. Volviste a sentarte en el piso Obanai aún no soltaba tu mano y empezaba a incomodarte. (Aunque en realidad te gustaba) la serpiente albina ya sabría lo que pasaría aún así le siguió el juego a su dueño, bajando por el brazo de la mano donde te tenía sujetada el hombre, se enredó en las manos de los dos impidiendo que pudieran soltarse, incluso si tú lo soltabas Kaburamaru los tenía unidos.

ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ ᔕⓞⓝⒺ ⓢⓗⓞⓣⓢᔕ TERMINADO.Where stories live. Discover now