au moderno/escolar Sanemi Shinazugawa

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Te separaste de inmediato empujando al peliblanco cuando escuchaste la puerta abrirse, rápidamente tomaste un par de cuadernos entre tus brazos para simular estar haciendo algo más.
La mujer que entró por la puerta, Kanae se disculpó por no haber tocado antes, hizo un reverencia.

—Perdón por no tocar —les dijo y volteó a verte. —_____, ¿no tienes clase con Rengoku?

—Sí pero vino a recoger las actividades de su grupo —respondió por ti el mayor, asentiste.

—Por Dios, Sanemi no seas tan malo dejándola cargar tantos cuadernos —la azabache se acercó a ti. —¿Necesitas ayuda?

—¡Nop, sensei! —respondiste muy rápido, agitada y nerviosa. —No son muchos, ya iba de regreso... Con permiso.

• • •

Claro que después de ese momento incómodo se acabó su relación totalmente. Seguían siendo buenos tratos por parte de Sanemi pero más sutiles, dejaron de hablar como antes (aunque no lo hicieran mucho, solías sentarte en la banca que se encuentra frente al escritorio y preguntarle un par de cosas, así dando inicio a una plática.) Los alagos aún eran constantes pero más normales como "excelente", "bien hecho" ya no habían cosas como; "Muchas gracias por tu esfuerzo" e incluso algunas veces había algún; "permiteme invitarte el almuerzo."

Tu carta no sólo había arruinado tu relación con Sanemi si no que también la arruinó con Tomioka. Quien por azares del destino se enteró de dicha carta, te pidió hablar con él dándote un sermón entero de porque no deberías enamorarte de los profesores; ofreció su ayuda pero la rechazaste en su totalidad.

Ahí fue donde te diste cuenta que no solo los tratos buenos de Sanemi se debían a que eres buena alumna, había algo más oculto detrás y te diste cuenta de eso cuando pusiste en regla todos los sucesos de tu vida; sus tratos se debían a algo más, algo que fuiste tan tonta que no podías comprender en un principio pero después de tu tontería, decidiste no dejar nada en la deriva. En sí, harías que las palabras que Sanemi te dijo aquella vez se volvieran realidad.

Matemáticas es tu última hora, con un sobre en la mano te acercaste a su escritorio, ni siquiera se molestó en mirar.

—¿Qué necesitas? —preguntó con un tono serio.

—Hablar —respondiste. —Pero si no lo quiere profesor, lea esto.

Dejaste la carta sobre el escritorio, fue entonces que su mirada se posó sobre ti. Sus ojos morado pálido fueron a dar a los tuyos, no fue lo mejor en realidad hacia tanto tiempo que no se veían así... Él frunció el ceño cuando vio la carta en su escritorio.

—¿Estás intentado hacer que me enoje? —preguntó tomando su maletín. —Dale tu tonta carta de amor a Tomioka, no lo haré por ti.

Se levantó de la silla, yéndose.
Tomaste el sobre mientras lo seguías, parecía que intentaba calmarse un montón; no quería gritarte. No sabías que fue lo que sucedió entre ustedes... Después de ese beso, del encuentro incómodo con Kanae; todo, absolutamente todo se fue al diablo. Lo seguiste, él no te hacía caso pero le seguías hablando, fue hasta que mencionaste la carta que tenías en las manos.

—Es para ti, Sanemi.

Se detuvo en seco al escuchar que dejaste de hablarle formalmente, ¡incluso usaste su nombre! Dio media vuelta para quedar frente a frente contigo. Quitó la carta de tus manos para después seguir caminando.

ᴋɪᴍᴇᴛꜱᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ ᔕⓞⓝⒺ ⓢⓗⓞⓣⓢᔕ TERMINADO.Where stories live. Discover now