Capítulo 57 - ¿Y Tú?

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–Ya hablé con los decoradores... Estoy segura que van a hacer un buen trabajo con el el local. ¡Si vieras lo espacioso que es! ¡Es perfecto, Jane!.

Las caricias, esas caricias tan suaves que poseen mi cuerpo... Sus besos como la miel que endulzan mi paladar. Sus firmes estocadas haciéndome perder la cordura... Dios, nuestros gemidos llenando el silencio de cada esquina de la habitación, nuestras pesadas respiraciones. La voz rasposa de Marco susurrándome al oído tantas cosas lindas y tantas cosas sucias, describiendome todas las cosas que quería hacer conmigo.

Cruzo las piernas para apretarlas y siento como mi piel se eriza por la excitación al pensar en la increíble tarde que pasé con Marco.

–¿Jane?.–la voz de Bianka me despierta de mi ensoñación. La miro y siento el vapor en mis mejillas.

–Perdón... ¿Qué decías?.

–¿En qué estabas pensando? Por Dios...Estás tan roja.–sonrie curiosa.

–No, no es nada... ¿Qué pasa con los decoradores?.–le pregunto tratando de disimular.

–Te decía que estoy segura que van a hacer un buen trabajo con mi nuevo local. ¡Estoy muy ansiosa! No puedo creer que al fin seré mi propia jefa.–el rostro de Bianka brilla de felicidad.

–Sabes lo mucho que me hace feliz eso. Debiste haber hecho esto desde antes, no tenías porqué estar aguantando las humillaciones de Sonya por tanto tiempo y sin necesidad alguna.

–Lo sé... es sólo que después de la muerte de mamá, quise mantener mi mente ocupada. La mejor opción que vi fue trabajar en una casa de familia... suponía que con los problemas de la casa iba a mantenerme fuera de mi propia realidad. No lo sé, trataba de no acordarme tanto de lo mucho que sufrió mi pobre madre.–la veo pensar y su semblante es muy triste.

–Ya, ya no vuelvas a pensar en eso amiga. Estoy segura que tu mamá ahora está descansado, que ya no está sufriendo más.–tomo sus manos y las acaricio.–Y también sé que estaría bastante orgullosa de verte cumplir todas tus metas. ¿No es así?.

–Es cierto, recuerdo que siempre me decía que estaba orgullosa de mí y que siempre lo estará. A pesar de que no era su hija de sangre, siempre me amó y me apoyó hasta el final, me dió un amor incondicional. Y quiero seguir siendo un orgullo para ella, aunque ella ya no esté.–sonríe y veo una lágrima que cae por su mejilla.–De verdad... gracias Jane. Tú me abriste los ojos, tú fuiste quien me impulsó a hacer esto. Te estaré eternamente agradecida.

–¡Basta! Sino me vas a hacer llorar también.–ambas reímos y nos damos un fuerte abrazo.–No me tienes que agradecer nada, sólo quiero verte triunfar. Eres una hermosa persona, Bianka. Te lo mereces.

(***)

Marco

Aparco mi coche cerca de la entrada de la casa de mis padres y luego me bajo para entrar. Me encuentro a Hugo y este me saluda, yo también le devuelvo él saludo para luego dirigirme a la puerta de la casa y tocar el timbre. Toco otras dos veces y nadie aparece. Después de unos segundos que se me parecieron eternos iba a volver a tocar, pero justo la puerta se abre y me deja ver a Esmeralda, quien en cuanto me ve me abraza con efusividad.

–¡Marc, hasta que por fin apareces!–se aleja de mí para luego darme un manotazo en el brazo.

–No sabía que me extrañarías, hermana.–bufo.

–No sólo te extrañé sino que estaba súper preocupada sin saber nada de tí. ¿Cómo puedes hacerle eso a tu familia?.–se cruza de brazos.

Bajo Tus Encantos © Where stories live. Discover now