Capítulo 15 - Soy Yo Quien Te Debe Una Explicación

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¡Capítulo sorpresa! ¡Disfrútenlo!.

***

Agradezco de que hoy sea sábado, no tengo que ir a la casa de Los Méndez, por lo que mañana domingo tampoco. Me duele toda la espalda, el sofá del hospital era tan incómodo que me pasé toda la noche buscando una posición cómoda, los talones de mis pies duelen por los tacones a esta hora de la mañana, son apenas las 8:16 AM y me dirijo a mi casa en taxi, no veo el momento de llegar y tirarme en mis sabanas calientitas.

Después de unos minutos al fin el taxi se estaciona frente al apartamento y suspiro aliviada. Pago al taxista y me dirijo hasta la puerta y luego a las escaleras.

—¡Buenos días, Jane!. —me sobresalté al escuchar la voz chillona de Matilde, nuestra vieja vecina. Iba tan despistada que no me fijé que había pasado por enfrente de su puerta. Me giré hacia ella brindándole una sonrisa de pocas ganas, estoy tan cansada que no tengo el animo de irla a abrazar o a escucharla hablar, porque vamos, habla más que un perico.

—Buenos días Matilde —dije adelantando pasos hasta ella para plantarle un beso en la mejilla, —Disculpa, me quedaría hablando contigo aquí como las mañanas cuando no trabajaba, pero ahora mismo estoy muy cansada, que pases buen día. —la miré con cara de disculpas y me adelanté rápido hasta las escaleras para que no me retenga.

Matilde es una buena vecina, una persona muy amable, dulce y chistosa. Jackie y yo estamos acostumbrada a sus ocurrencias, es una señora mayor de cincuenta y cinco años, pero tiene un humor contagiable, la quiero mucho, admito que me ha alegrado en varias ocasiones.

Al terminar de subir las escaleras a dura penas con los tacones vi literalmente la gloria al estar enfrente de la puerta de mi apartamento. Saqué la llave de mi pequeño bolso, la introduje en la cerradura y abrí.

—¿¡Pero que cojones está pasando aquí!?..—chillé asombrada.

Me quedé totalmente pasmada por un momento sin creer lo que mis ojos acababan de ver.

Jackie se tornó roja como un tomate y se quedó sentada mirándome con cara de querer morirse. El chico rubio al escucharme se levantó nervioso del sofá y prácticamente se pegó de la pared asustado.

—¿¡Quién rayos es él!? ¿¡Y por qué demonios se estaban besando!?. —me cuesta respirar.

—Jane, cálmate.. —escuché un hilo de voz de Jackie. La miré confusa y con decepción en mi rostro. Jackie bajó su mirada al suelo, la vergüenza en sus ojos y su cuerpo tenso es visible, pero no más que mi decepción por ella.

—¿¡Y cómo carajos quieres que me calme!? si te vi besándote con este muchacho, ¡Mientras yo no estoy!. ¿Qué mierda se te pasó por la cabeza al hacer esto?. —me empiezo a agitar cada vez más.

—Eh.. Disculpa, tengo que irme, no quise incomodar. —dijo el muchacho a Jackie con nerviosismo mientras cogía una mochila de la encimera.

—¡Tú no te vas a ningún lado sin decirme quien eres!. —me adelanté hasta él señalándolo con mi dedo índice y fulminándolo con los ojos bien abiertos.

—Só - sólo soy un amigo. —tartamudeó mirando fijamente mi dedo que se clavaba en su pecho.

—¿Amigo? Lo que vi que estaban haciendo no era cosas de amigos, no me creas imbécil. —ironicé molesta mientras mis dedos tomaban su chaqueta y lo amenazaba con mi mirada.

—No- no he dicho que seas imbécil, no, es, es que.. —sus palabras no fluían bien, sabía que mi mirada lo atemorizaba.

—Jane ya déjalo. —Jackie reaccionó y se levantó del sofá, poniéndose en medio nuestro. Mis ojos dejaron los del chico rubio para posarse en los verdes ojos de mi hermana. Su mirada era de súplica, -Anda deja que se vaya.

Bajo Tus Encantos © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora