Bajo Tus Encantos ©

Capítulo 37 - ¿Qué Quieres De Mí?

Estoy tan apenada con ustedes mis queridos lectores... Los he defraudado. Hacen ya 6 meses desde la última actualización que he hecho de este libro. Estoy segura que ya habían pensado que no lo terminaría, o que me había pasado algo. En realidad nada de eso... Es sólo que no me sentía bien para escribir, llegó un tiempo que me aburrí de escribir, y decidí darme un tiempo, sólo que no pensé que tanto. Espero que me disculpen de verdad por la ausencia, pero descuiden, me pondré al corriente de todo.
Espero que me perdonen. Los quiero. <3

PD: Ya extrañaba escribir, no sé porqué no lo había hecho antes. :(

Disfruten.

Truenos y lluvia. Es todo lo que se escucha. Si no fuese por ello, no habría siquiera un mínimo sonido de nuestras ahora calmadas respiraciones.

Siento que voy a desmayar en cualquier momento...

Marco aún no se separa de mí, sigue encima mío, su frente apoyada en la cuenca de mi cuello. No se mueve, sólo siento su suave respiración.

Lo quiero...

Quiero golpearme, quiero gritar de rabia, quiero llorar y ahogarme en mi desgracia. ¿Cómo pude permitirme esto?. Debí detenerlo, yo pude evitar este sentimiento hacia él.

Pero ya es tarde...

Sé que tendré mi merecido por ser tan ingenua y lanzarme a sus brazos, sin medir las consecuencias.

Después de lo que pareció una eternidad, Marco se separa de mí, y siento un incómodo frío. Lo observo de reojo levantarse y tomar su pantalón para colocárselo. No me mira, no nada...

¿A dónde va?

Jalo la sábana debajo de mí para cubrirme el cuerpo. Mis mejillas se encienden. No sé por qué de repente siento tanta vergüenza.

Un caliente se instala en mi estómago y mi corazón se estruja al ver a Marco caminar con prisa hasta la puerta por la que entramos, para salir cerrando de un portazo sin mirar atrás. Suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo, al mismo tiempo que lágrimas se forman en mis ojos.

¿Es todo?... ¿Usarme y dejarme aquí ahogándome en mi vergüenza?.

Aprieto con fuerza la sábana contra mi pecho. Siento un nudo en mi garganta y no puedo contener las enormes gotas que salen con violencia de mis ojos.

Se siente horrible...

Todo hubiese sido tan diferente si al menos se hubiese quedado en la cama, y no huir, salir como un cobarde de la habitación.

¿Pero qué esperabas Jane?... ¿Un abrazo? ¿Un beso? ¿Un afecto alguno?...—ironiza mi subconsciente.

Soy tan estúpida. Sabía que esto podría pasar y aún así no lo detuve... sólo me dejé llevar por el deseo infernal de estar en sus brazos, de hacer el amor con él.

Me lo merezco...

Paso mis manos temblorosas por mis mejillas, mientras me levanto de la cama llevándome conmigo la sábana. Mi vista es borrosa por las lágrimas, miró a ambos lados de la amplia habitación. Capto una de las puertas y distingo que es el baño cuando me acerco y la abro. Entro en este y cierro la puerta detrás de mí. No me tomo el tiempo de observarlo a detalle, sólo fijo la mirada en la ducha.

Camino hacia esta, pero me detengo a mitad al verme en un espejo de la izquierda. Me giro y veo mi rostro... Mis ojos están tan hinchados, mis labios también. Observó mi cabello, está todo desaliñado.