Capítulo 18 - No Te Niegues

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Marco Méndez

Y a la mierda mi auto control, no podía seguir ahogándome en tentación, en mi furor, en mis ganas de tocarla y besarla... Todo mi cuerpo me gritaba, anhelando sentirla contra mí, mis manos inquietas por tomarla y palpar hasta su alma.

Y a pesar de mis locas ganas, sabía que no estaría bien hacerle todo lo que mi mente aclama. No a ella... Es muy diferente a mí, ni siquiera es mi tipo, y puesto que es una empleada en esta casa.. Sé que me estoy metiendo mal, mal en esto.

Pero.. Si es por una sola vez no pasa nada, ahora mismo ya no hay vuelta atrás, sólo ahora quiero palpar su sabor y sentirla, disfrutar el exquisito y delicioso momento..

Sus manos toman mi cabello y gruño en su cuello, mientras que con cada beso mío su piel se eriza, dejo su cuello para besar otra vez esos labios que me han atormentado por saborearlos, ella sabe de maravilla, puedo distinguir un dulce sabor a chicle de mora y me fascina. Nuestros labios se mueven en sincronía, no es un beso lento, más bien es intensificado y desesperado.. Es como si ella también había deseado este momento, no parece querer alejarse y eso me gusta.

Tomo su cintura con mis dos manos y la aprieto firmemente mientras la acerco para que sienta lo duro que estoy. Ella se sobresalta y la siento temblar, cada movimiento de sus labios con los míos me vuelve loco. Y quiero, deseo más de ella..

Jane se sorprende cuando la levanto y la hago rodear mi cintura, parece vacilar, pero se deja llevar, camino con ella hasta la cama sin dejar de besar y morder sus ricos y suaves labios. La recuesto lentamente y la sincronía sigue intacta.

Joder, cuanto la deseo.

Jane suelta mi cuello y toma mi rostro en sus manos, sus dedos acarician con deseo mi corta barba y con prisa tomo el borde de su vestido y lo llevo hasta sus muslos, pero sin verlo venir, Jane me empuja a un lado y despierto de mi ensoñación, la miro estupefacto.

Jane se baja su vestido y luce tan roja y agitada, su pecho sube y baja. Me mira nerviosa y con un destello de rabia en sus ojos.

-¿Qué te pasa? ¿Con qué derecho me besaste?. -preguntó frunciendo el entrecejo y confusa.

Sus palabras me toman por sorpresa.

-¿Qué te pasa a ti? Parecías disfrutarlo y no te inmutaste, excepto hasta ahora.-respondí sentándome y tomando postura, no alejo mi mirada de sus labios, están mucho más rojos por los besos.

Sus mejillas tienen un rojo de excitación y sonrío sastifecho sabiendo que fui yo quien lo causó.

-Esto no podía haber pasado... -luce preocupada.

Me levanto de la cama y camino hacia ella, pero retrocede y me detengo.

-Pero pasó.. -lamo mis labios en anticipación, -y sé que te gustó y quieres volver a hacerlo.

Camino y ella sigue retrocediendo, pero choca con la puerta, sus ojos se abren y se tensa, parece como si quisiera escapar de mí.

-Te e-equívocas..-tartamudeó y eso confirma que sí. Me acerco cada ve más.Tomo diversión y no puedo quitar la estúpida sonrisa de mi cara.

Ella observa atentamente mi cara y hay un extraño brillo en sus ojos, como si algo de mi rostro la ha iluminado.

-¿Segura?-sigo mi diversión, adoro ver como se torna tan indefensa por mi tamaño, ella es alta, pero yo mucho más.

Ella baja la mirada, pero tomo su mentón y acerco mi rostro al suyo.

-Me tengo que ir...-se aferra a la puerta y se gira para abrir, pero rápidamente poso mi mano derecha en su abdomen y la pego a mi pecho mientras reposo mi cabeza en su cuello y aprovecho cerrando mis ojos para oler su embriagante y delicioso olor.

Bajo Tus Encantos © Where stories live. Discover now