Capítulo 1 - Mi Primer Día

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El "Ring" de mi alarma retumba en mis oídos y maldigo en mi interior. Me giro sobre la cama y resoplo mientras atrapo el botón de apagarla. Por un momento casi me quedo rendida, pero el recuerdo de que hoy es mi primer día de trabajo me sobresalta y me levanto de un salto.

Estirando los brazos y bostezando caminé hacia el pequeño y viejo baño. Quité mi pijama y me metí a la ducha. Al salir cepillé mis dientes y salí del tan estrecho baño.

Mi outfit de hoy es una blusa gris y un short negro, irán acompañado de unos lentes de sol y mi sombrero favorito, el día está muy caluroso para usar ropa ajustada. Después de unos minutos alistándome, hice una trenza de lado y dejé flequillos sueltos. Me puse mi sombrero, cogí mi bolso colgante y salí de la habitación.

Caminé por el corto pasillo y me paré enfrente de la puerta que quedaba en este. La abrí lentamente y la cerré en silencio, caminé en puntillas hasta posarme al lado de la cama. Y ahí ella, toda acurrucadita, de alguna forma u otra enseñaré a la haragana a levantarse temprano.
Miré un vaso con agua que había encima de la mesita de noche. Sin pensarlo dos veces, hundí mi mano en este y extraje agua. Una risita se me escapó al verla quitarse la sabana de la cara, perfecto.

Extendí mi mano y la giré, el agua que había en ella cayó en sus párpados. Esta arrugó la cara. No aguanté y me exploté a reír. De inmediato veo a Jackie abrir sus párpados dejando ver sus grandes y verdes ojos, pero vuelve y los cierra. Estáa aún atontada por el sueño pasa sus manos por su cara y frunce el ceño. Una idea chistosa se me pasa por la cabeza, haré que se levante de la cama lo más rápido posible.

—Oh, bella durmiente, veo que mis orines no rompieron el encanto. —dije fingiendo tristeza. Por unos segundos me quedo observando a Jackie, pero de repente cuando se da cuenta de lo que dije se levantó y salió corriendo, chillando para perderse en el baño.

—¡ARDIJANE, DIME QUE LO QUE ME ROCEASTE EN LA CARA NO ERAN TUS ORINES!. —gritó asqueada. Mientras yo no puedo dejar de reír, me tuve que sentar en la cama para no caer como una papa, las risas me quitan las fuerzas.

Nunca le he hayado gracia al apodo con el que me llama, "ArdiJane". Desde niña me ha llamado así, Ardi por Ardilla y bueno, Jane por mi nombre. Dice que me parezco a una ardilla cuando como, que mis dientes delanteros parecen los de una ardilla, está loca.

—No eran orines. —dijo saliendo del baño.

—¿Querías que lo fueran?. —solté sarcástica. Esta puso una cara de asco y sacudió su cuerpo como si tuviese escalofríos.

Jackie empezó a arreglar su cabello castaño, me levanté de la cama y le di una nalgada, —Alístate rápido Piojito, tienes clases.

Escuché un resoplido por su parte, —Lo sé, ni me lo menciones.. ¡Que pereza!. —resopló rebuscando entre su pequeño closet.

—Oye, la próxima vez que yo tenga que despertarte no será agua, serán orines de verdad. —Advertí. Jackie me dio una mirada de "atrévete y verás perra" .

Sonreí y tomé el pomo de la puerta para salir.

—¿Hoy no es que entras a trabajar a la casa de los Me.. Melones?. —preguntó confundida. ¿Es que es tan difícil de aprender ese apellido para ella?.

—Méndez. —corregí.

—Sí, sí, como sea que se diga. —sacude sus manos.

—Sí, hoy empiezo, precisamente iré a preparar el desayuno para llevarte al colegio y irme directo, anda date prisa.

Jackie asintió y prosiguió alistándose.

Al bajar a la cocina, busqué entre los gabinetes la caja de la harina de los panqueques. Di una cuantas vueltas en la estrecha cocina y en menos de lo que pensé estábamos desayunando. Hice panqueques y un jugo de naranja, igual estamos comiendo dos manzanas que habían en la despensa. Eran las últimas, en estos días me he visto tan ajetreada, gastando dinero en combustible para poder ir detrás de los trabajos, me despisté y gasté casi todo el dinero y no da para comprar comida.

Bajo Tus Encantos © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora