Bajo Tus Encantos ©

Capítulo 65 - Más Rapido De Lo Que Crees

Arrugo mi cara cuando siento un extraño cosquilleo en mi nariz. Al cabo de unos segundos lo volví a sentir y me revolví incómoda abriendo mis ojos. Pero una sonrisa se formó en mis labios cuando vi de quien se trataba. Marco reía divertido con un mechón de mi pelo en su mano, luego volvió a hacerme cosquillas con mi propio mechón en mi nariz, pero esta vez le lancé una mordida y esto lo hizo reír aún más.

Dios, quiero despertar todos los días de esta manera.

–Levántate, es tarde y tengo hambre. Vamos por comida chatarra, se me apetece.–dice lanzándose encima de mí. El calor y el delicioso olor a shampoo en su cuerpo me hace suspirar.

–Sólo si me llevas a mi casa después. No quiero incomodar a mis abuelos o preocuparlos. Sabes que estamos pasando por un momento muy delicado.–acaricio su sedoso cabello con ambas manos y no dejo de enamorarme con lo hermoso que es este hombre.

–Me gustaría que te quedaras más tiempo conmigo. No sé, podríamos ir al cine, a la plaza, al parque, a donde desees.–dice besando mi cuello con una sensualidad que me mata y yo me revuelvo como lombriz debajo de él para empujarlo a un lado de la cama.

–¿Qué estás tratando de hacer, Marco? ¿Convencerme con tu arrebatadora sensualidad y sexi cuerpo?.–le acuso poniéndome de pie. Pero eso sólo hizo que sus ojos me miraran con un deseo voraz.

–Verte recién levantada y con sólo una minúscula blusa y unas simples bragas, no me ayuda en lo absoluto, Jane.–se lame los labios y puedo ver el fuego ardiente en sus ojos. Marco se levanta y lo veo acercarse a mí.

–Tengo que ir a tomar una ducha...–digo huyendo al baño antes de que me atrape en sus brazos.

Después de unos minutos salí del baño y no me encontré a Marco en la habitación. Me alisto y salgo. Lo veo sentado en el sofá con su laptop, ya vestido con una hermosa camiseta gris y unos pantalones jeans.
¿Acaso tiene una idea de lo guapo que es?.

Cuando siente mi presencia alza los ojos y me brinda una sonrisa.

–Te ves linda. ¿Nos vamos?. –pregunta y asiento.

–¿A dónde iremos?.–pregunto mientras empezamos a caminar fuera de la casa para luego entrar a su auto.

–Conozco un buen lugar para comer, ya verás.–dice tomando mi mano para besarla y luego me toma del cuello para plantar sus labios en los míos con deseo. Yo le respondo el beso. Me encanta la manera en la que me toma por el cuello.–Dios, tus labios son tan deliciosos.

Yo sólo le sonrío fascinada. Marco pone el auto en marcha y nos vamos al centro de la ciudad. Hace un hermoso día soleado, no podría ser más perfecto. No tardamos mucho en llegar, ambos bajamos y entramos al hermoso restaurante agarrados de las manos. La siguiente hora fue increíble al lado de Marco, ambos disfrutamos la exquisita comida y conversamos haciendo que este día sea uno de los mejores de mi vida. Jamás lo olvidaré.

Cuando llegamos a mi casa, Marco me acompañó hasta la puerta.

–Insisto en que te quedes más tiempo conmigo.–me toma de la cintura y me mira fijamente, con ojos de corderito.

–Marco, tienes muchas cosas por hacer. No quiero causarte problemas con tu padre y la empresa. Te juro que estoy mucho mejor ahora.–aprieto sus brazos con seguridad.

–Eres más importante que cualquier otra cosa, quiero que lo sepas.

–Tranquilo, ya me has demostrado cuánto te importo y cuando me quieres.–lo abrazo con fuerza.–Ya nos veremos cuando te desocupes, te invitaré yo misma al cine.

–¿De verdad?.–dice haciendo puchero y eso me causa gracia y ternura. Este hombre es tan sorprendente. Sigo sin creerme lo lindo que es.

–Que sí, te lo prometo.–le doy un beso y él me responde.