Capítulo 49 - Yo Sí Te Extrañé

1.1K 113 17
                                    

No sé por qué mis manos tiemblan al tomar las cosas. Si no hubiese sido lo suficientemente rápida, casi dejo caer una taza al suelo.

–Jane... tranquilízate, estás muy nerviosa.–dice Bianka casi susurrándome en el oído.

–¿Cómo pretendes que me tranquilice después de saber que él pretende venir?... No puedo evitar sentirme así, y lo odio... Porque él tiene ese poder sobre mí.–digo admitiendo mis sentimientos.

Y es cierto.

Marco se ha clavado en mi corazón de una manera que no tendría palabras suficientes para explicar. Es obvio que aún lo sigo queriendo... y no lo entiendo.

–Demonios... sí que estás bajo sus encantos.–dice y la miro asintiendo mientras hago un mohín.

–Justo cuando creí que lo superaría. No pasó ni dos días fuera del país ¿Y ya regresará?.

–Por eso digo que aquí hay gato encerrado.. y uno bien grandote.–ríe malvadamente, así logrando ponerme aún más nerviosa.

–Por suerte ya no estaré más en esta casa, así no tendré que topármelo a cada rato.–digo aliviada, pero a la vez decepcionada.

–Estarán más cerca de lo que crees... ¿O se te olvida que tu abuela y tu abuelo son amistades? Y más que eso... ¿Socios de Los Méndez?.–dice y la miro con los ojos bien abiertos.

–¡No había pensado en eso!... Gracias, ahora me pusiste mucho más nerviosa.–digo tratando de enganchar las losas con cuidado.

–Perdón, pero sólo con esto te digo que tienes que estar preparada para los encuentros con Marco. Cabeza arriba, como toda una potra empoderada.–dice moviendo sus hombros y alzando la cabeza con firmeza y me río.

–¿Qué estás haciendo?–dice la señora Sonya entrando a la cocina. De inmediato me acordé del día de ayer cuando me abofeteó.

–Sólo estoy ayudando a Bianka con esto, al menos por una última vez, ya luego que termine me marcho.

Ella frunce el ceño algo confusa.

–No deberías estar haciendo eso, ya dejaste de trabajar aquí, ademas que debes considerarte ahora una chica recatada, decente.. una señorita.–dice y no sé porqué siento un poco de soberbia en su voz.

–Entiendo señora Sonya... pero la verdad no me molesta ayudar y siempre me consideraré la persona humilde y sencilla que he sido hasta ahora. Pero si le molesta, puedo dejar de hacer esto. De echo, esta es su casa y usted decide.–digo serenamente secando mi mano con una toalla.

Me mira fijamente y la veo tragar saliva, para luego sonreír de una manera tan falsa.

–Bueno, puedes seguir si así deseas. Si quieres barrer toda la casa también, hazlo, no me molestaría en lo absoluto... chica humilde.–dice sarcástica dándome una última mirada mientras se marcha.

–Está más que claro que no te soporta...–dice Bianka volteando los ojos.–Y tampoco la idea de que seas la nieta de su jefa.

Me giro sobre mi talón para mirar a Bianka sorprendida.

–¡¿Jefa?!.

Bianka asiente ladeando una sonrisa.

–Me enteré desde que llegó la señora Mónica a esta casa... las dos trabajan en diseños de ropa, debes saber. Tu abuela tiene un gran negocio acá. La señora Sonya, ahora es su socia, pero tu abuela es la jefa.

Bajo Tus Encantos © Where stories live. Discover now