Capítulo 6 - ¡Yo estoy enamorada de ti!

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Marco Méndez

La tomo de los brazos y la alejo rápidamente, nunca va a entender que no puede acercarse de esta manera en publico. Por que estar en la calle es prácticamente lo mismo.

Casie me da una mirada picara y se gira. Le sigo y me adelanto a abrirle la puerta del copiloto, rodeo el auto y prosigo a subirme. Al arrancar el coche no me había percatado de la chatarra que estaba delante de mí. Un coche todo rayado y con gomas gastadas, una pura chatarra se encuentra enfrente de la casa.

Frunzo mi entrecejo y observo con detalle a través del parabrisas de la chatarra. No puedo ver quien se encuentra dentro. El auto empezó a hacer ruidos, no parecía querer encender. Hasta que al fin lo hace y la persona lo pone en marcha.

Miro fijamente a la ventana del conductor cuando pasa por mi lado. Observo fijamente y me doy cuenta de quien se trataba. La sirvienta maleducada.

Jodeeer..

Ella vio, podría soplar que me vio. Tendré que cerrar esa boquita antes de que lo haga. Nadie puede saber que tengo algo con Casie, principalmente mi padre Andres. Casie es la prometida de uno de los mas importantes negociantes de mi padre. Y si alguien llega a descubrir que tenemos un idilio esto se pondrá feo, mi padre podría perder una de sus empresas y la decepción de mi padre al saber que su hijo se involucra con una mujer ajena, podría hasta destituirme de mi cargo en la empresa.

—¿Te pasa algo, guapo? —la voz de Casie me saca de mis pensamientos.

—No, nada. —resoplé mirando fijamente a la carretera.

—Marco... —susurró en voz baja, —No me quiero casar. —terminó diciendo, mirándome a los ojos y estos reflejan algo de tristeza.

Aprieto mi mandíbula con fuerza. Ya hemos hablado del tema, le he dejado claro que no quiero que termine su relación por mí. Ella sabe muy bien que es lo que busco de ella, estoy desesperado.

Nos hemos dispuesto a que solo entre nosotros iba a ver una relación de sexo. Nada de relaciones amorosas y esas cursilerías. Se lo advertí antes, pero ella no parece entender. Me ha confesado que siente algo más que una atracción hacia mí y eso me acojona, no quiero que se siga haciendo ilusiones de que va a ver algo más que sexo entre nosotros.

Ella es una hermosa chica de cabello rubio y ojos verdes, es alta y con el cuerpo perfecto. Cualquier hombre estaría encantado con su belleza, no le falta nada. Su personalidad es prácticamente igual que la mía, tenemos casi los mismos gustos, ella y mi madre se llevan bien. Hasta entonces es una de sus modelos.

Mi madre es estilista de ropa interior, traje de baños. Casie es una de sus modelos para sesiones de fotos, modelaje y pasarelas. Son inseparables.

—Ya hemos hablado sobre eso, Casie. —dije fríamente, —No quiero volver a mencionar el tema.

La escucho resoplar a mi lado y se endereza en el asiento.

—¿Por qué eres tan frío, Marco? ¿Por qué no te atreves a descubrir el amor? ¿Por qué no intentarlo?. No serás feliz nunca si no lo intentas, en el amor está la felicidad. —dijo con cara de ilusión.

La miré y no pude evitar soltar una risita seca. Es tan absurdo que lo diga.

—¿Y tú si sabes de amor, no? Que te acuestas conmigo mientras tu prometido cree que lo adoras, que lo amas. Si a esa mierda se le llama amor.. cielos. —no pude evitar reír amargamente. Casie me mira incrédula.

—Sabes que no amo a Eduardo, me casaré con él porque mi padre prácticamente me ha obligado. Lo quiero sí, pero no de la forma en que te quiero a ti, Marco. —y otra vez a darle con el santo tema, joder.

—Dejémoslo ahí, Casie. —dije tratando de evitar otra vez ese tema.

—¡Yo estoy enamorada de tí, Marco! y no lo puedo evitar. Se que tú y yo tratamos que sólo iba haber sexo entre nosotros. Pero quiero más que eso, quiero tu amor, quiero tu cariño, te quiero a tí en todos los sentidos. Pídeme que anule mi compromiso con Eduardo y lo hago, porque lo que siento por ti es más grande que lo que siento por él, veo en ti lo que no veo en él... ¡Estoy enamorada de tí Marco!. —gritó desesperada. Aprieto mis manos al volante y mis dientes crujen por la tensión que siento ahora mismo, maldita sea .

—¡Pero yo no de tí, joder! Entiende de una - puta - vez que no quiero nada serio contigo ni con nadie. —remarqué cada palabra alterado. Bajo la voz y trato de tranquilizarme y soltar el aire pesado que estaba conteniendo, —Lo siento, Casie. Pero no quiero que le vuelvas a dar vuelta al tema, porque o sino lo que ya teníamos lo dejamos de una vez, tú decides.

Golpeo con las yemas de mis dedos el volante tratando de calmar el enojo. Por parte de Casie no recibo ningún "De acuerdo" y me sonsaco más. La miro por un instante y esta me mira de reojo, asintiendo forzadamente.

Odio que no me respondan, y que sólo asienten con la cabeza.

—¿Entendido? —reclamé.

Me da una mirada de enojo, —Entendido... —soltó. Mucho mejor.

Permanecimos callados, el camino completo hasta llegar a la empresa. Nadie articuló ninguna palabra después de lo que hablamos. Casie igual trabaja aquí y pues ayer le presté mi coche por que el de ella se descompuso. Por eso me fue a recoger. Todo el mundo aquí en esta empresa piensan que somos súper amigos. Lo que no se imaginan es que somos más amigos en la intimidad.

Al entrar a la que es mi oficina me siento en la silla giratoria y recuesto mi cabeza en esta. Me toca resolver algunos asuntos esta tarde y mañana. En ese momento me acuerdo que tengo otro tipo de asunto para mañana que no tiene nada que ver con la empresa, el cual no puedo dejar pasar por alto. Debo coser algo. La boca de la maleducada sirvienta de mi abuelo, veo que me va a dar más lata de lo que pensé.

Joderrrr..





Desde aquí les pido disculpas por la tardanza. Les sigo hablando en el siguiente capítulo vaian, vaian.

Bajo Tus Encantos © Where stories live. Discover now