Bajo Tus Encantos ©

Capítulo 32 - Es Complicado

Al fin pude poner la frente en alto, me siento tan orgullosa de mí. Por más difícil que parecía, lo logré, logré mantenerme fuerte delante de esa tentación.

Mi cuerpo, mi alma, mi todo gritaba con desesperación por tocarlo, besarlo y hacerle saber cuanto me gusta. Porque me gusta ese hombre, carajos, tanto que me asusta. Tan sólo de verlo mis hormonas se disparan como cohetes, su ojos claros llenos de deseo, su voz raposa y ronca enciende todos mis sentidos. Juro que tenerlo tan cerca de mí, casi me provoca un gran paro cardíaco, mis manos temblaban de sólo tenerlo mirándome, no sé cómo logré soportarlo.

No dejo de pensar en sus palabras, parecía tan sincero de lo que estaba diciendo. Podía ver su nerviosismo, su hablar lo delataba.

"¿Acaso no sientes lo mismo que yo cuando nos besamos?"

"Nunca en mi puta vida había sentido algo igual"

Sonrío con tristeza.

Cuanto me gustaría creerle, por más sincero que haya parecido, no me convence. Sé que sólo quiere hacerme ver otra cosa, quiere tenerme como dé lugar, aún así tenga que mentirme.

Estoy segura que a aquella chica rubia y bonita le hizo lo mismo, le pintó pájaritos en el aire, hasta que la pudo tener para él. Para luego después unas cuantas acostadas vaya a por otra víctima, que en este caso busca que sea yo. Pero no seré la tonta que caerá en sus redes, que no caerá bajo sus jodidos encantos.

—¡Auch, Jane!—chilla Jackie tomándose de la cabeza.

Pestañeo enfocando mi mirada en sus ojos.

—¿Qué pasó?—pregunto confusa.

—¡Me halaste el cabello!.

Miro el cepillo en mi mano, estaba peinando el cabello de mi hermana.

—Lo siento, me he quedado pensando...—dije.

Jackie cambia su cara furiosa a una preocupada.

—¿Qué te sucede, Ardi? Andas en el limbo últimamente

Le sonrío y pongo el cepillo encima de la mesa de la sala, subo los pies al mueble y doy un suspiro.

—Es que estoy muy agotada, eso es todo... En la casa de Los Méndez ha habido mucho trabajo, Bianka y yo hemos aseado la casa completa ¿Puedes creerlo?.—y es verdad. Últimamente la señora Sonya nos está poniendo a hacer cosas que no nos corresponden. Rocío (la mujer que mantiene la casa impecable) ha enfermado y pues nadie más hará el trabajo si no somos Bianka y yo.

Jackie asiente y se levanta del mueble, toma el cepillo para hacerse una coleta a lo alto de su cabeza. Miro su cuerpo y lo alta que está. Cuanto ha crecido esta mocosa. Cada vez está más bonita, por más que trate de ignorarlo, Jackie cada día que pasa se parece más y más a mamá, es tan hermosa como ella. Siempre que la veo a quien veo es a nuestra madre versión joven, literalmente.

—¿Qué tanto me ves?—pregunta arqueando una ceja—. ¿Te gusta lo que ves, guapa?.

Río y le sigo la corriente.

—Quien fuera tus bragas para estar todo el día pegado a ese trasero—digo con voz pervertida. Jackie ríe y me golpea en el hombro con el cepillo.

—¡Que piropo tan malo!—escucho la voz de la tía Sam detrás de nosotras.

—Jane es una fail en todo, tía—le sigue Jackie.

—Ay, ustedes no saben lo que es ser original.—alardeo.

La tía Sam llega a nuestro lado y chilla histérica.