Capítulo 25 - Tú También

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Al terminar el capítulo, pasense por la nota de la escritora, tengo que decirles algo importante.

Ahora sí, disfruten. <3

Una razón más para alejarme de Marco y detener esto que estaba creciendo dentro de mí. ¿Cómo puede ser tan cínico? Tan... ¡Canalla!. ¿Qué lo seducí?.

Ahg ¡Maldito!

¿Qué no lo pensó? Esmeralda podría haber reaccionado de otra manera, pudo haberles contado a sus padres, y ahí sí que me expulsarían de aquí. Pero claro... ¿Desde cuándo una persona tan arrogante y insentimental, sin corazón, pensaría y conciderara a una pobre infeliz como yo? Jamás.

¡Soy una idiota! Sí, idiota, por volver a caer en sus jodidos encantos. Debí contenerme, debí ser más cautelosa, no quiero que piense que puede hacer conmigo lo que se le dé su jodida gana, no conmigo.

Pienso en lo que pasó antes de que llegara Esmeralda.

Él, yo, su abrazo, su consolación. Fue tan lindo. Maldita sea, sus besos tan apasionados, sus manos descubriendo mi piel, mis dedos enrredados en su suave cabello, mis labios probando, saboreando y disfrutando perfectamente los suyos. Estábamos tan entregados, tan lejos de nuestra realidad...

Por un momento pensé que desde ese momento las cosas entre nosotros serían diferentes.

Pero no...

¡Que tonta fui!

No volveré a caer...

No, no quiero volver a ser humillada por él ni por nadie. Tengo muy entendido que soy pobre, pero también sé que soy un ser humano, el cual merece respeto como todos. Es tiempo de que Marco lo vaya entendiendo. Trataré de ser lo más paciente posible e evitaré toparme con él, no puedo tenerlo cerca de mí.

Aunque mi interior grite con todo pulmón lo contrario

Acostada en la cómoda cama me giro hasta Bianka, la cual está durmiendo plácidamente a mi derecha. Observo la hora en el despertador, 1:46 AM.

Después de tanto pensar, termino rendida.

...

-¿Dónde dijiste que estaba?-pregunté a Bianka.

-Encima del estante. -responde.

Camino hacia el estante y efectivamente ahí están las tazas de porcelana. Muy parecidas a las vajillas que por accidente hice que se le rompieran a la vieja gruñona

-Cuidado con eso, escuché por ahí, que rompiste unos vajillas de porcelana de la señora. -murmura Bianka divertida.

Abro la boca y entrecierro los ojos.

-No se las rompí, ella se cruzó por mi bonito camino ¡Y sass! Las dejó caer, no tengo la culpa.-pongo los ojos en blanco mientras le paso la caja de tazas.

-Tuviste mucha suerte de que no te despidió ahí mismo-rie-, es muy impaciente.

-Ja ¿Y crees que no lo hizo? Gracias al cielo que el viejo Jetro estaba ahí y supo ponerla en su puesto.

-Rayos, me perdí eso.-resopló.

-Si la hubieses visto, estaba muy furiosa, ni te imaginas lo histérica que estaba...-alzo los hombros y empiezo a imitarla con gracia-"¡Ay mis apreciadas vajillas!. Eres una ciega, fíjate por dónde caminas ¡Era un regalo de Julia!"(o como se llame)-Bianka ríe fuerte mientras la imito.

-Para... para que me dará una epilepsia de tanta risa.

Río y sigo.

-"Tu perdón no pagará mis apreciadas y hermosas vajillas ¡Estás despedida! Ay, ay"-exagero su forma de hablar.

Bajo Tus Encantos © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora