bad boy ━━ [#1] jeon jungkook

『 O64 』

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Kim Cleo June

Los preciosos ojos de mi estúpido favorito me tenían inmersa en un mundo de fantasía, y en cuanto sus labios se acercaron con la misma intención que los míos, supe que esa fantasía sería real. Pero lo que pareció que sería un beso con el perfecto hombre frente a mí fue interrumpido por él mismo.

—¿Humo? —preguntó olfateando el aire.

¿Humo...? Humo ¡Humo!

Estaba tan inmersa en él que apenas lo mencionó fui consciente de ello.

—Humo... ¡La comida! —alarmé y tan rápido como pudimos nos levantamos corriendo a la cocina.

No sólo la comida se estaba quemando, un trapo hizo contacto con el fuego y estaba siendo consumido por este. Era una mezcla de olores desagradables y asfixiantes.¿Cómo llego ese trapo ahí si yo...?

Cereales a un lado de la escena del crimen me miraba con sus ojos grandes. Si no me equivoco, ese es el trapo favorito de Cereales para jugar y morder, él mismo lo marcó haciéndole pipí encima.

¡Frederic Arturo Cereales Con Leche González Luxemburgo Tercero de las Cascadas! ¿¡Qué hiciste!?

Más allá de que, en parte, esto fuese ocasionado por Cereales, estaba más aterrada por el fuego que aumentaba viéndose intimidante. ¿Qué se supone que haga en una situación así?

—¡Alerta roja! ¡Emergencia grado 5! ¡Código 34! ¡Al piso y rodar! —grité. Antes de que pudiese seguir la orden de emergencia, Jeon jaló el cuello de mi ropa para evitarlo.

—No seas estúpida, eso es cuando te incendias tú.

¡No sé qué hacer!

—¿¡Qué hacemos, Jeon!? ¡Vamos a morir y yo compré hace dos días por internet figuritas de Spiderman y los Backyardigans con brillantina, y si me muero nunca tendré mis figuritas! —juraba estar a punto de llorar por el pánico y frustración de no poder hacer nada. Aquí había llegado mi vida— Q-quiero agradecer a mi mamá... a mi papá... y a mi agente de bienes raíces...

Jeon puso sus ojos en blanco a mi discurso y simplemente se acercó a la cocina para apagarla y tirar un poco de agua sobre el trapo, apagándolo al instante.

Así de fácil era.

—No era la gran cosa, Kim.

En mi mente se vio mucho más extremo y peligroso.

—Entré en pánico, ¿de acuerdo? —aclaré mi garganta tratando de dar menor importancia a mi reciente estado de pánico— ¡Iugh! Que asco, huele horrible.

—Se suponía que tu controlabas esto. —dijo él encargándose de abrir las ventanas para limpiar el aire.

—¿Disculpa?

—Tú dijiste; «Te juro, Jeon, que yo me haré cargo de todo el control de la comida. Descuida, no se quemará». —sorprendentemente redactó a la perfección lo que yo había dicho— Se quemó.