『 O34 』

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Kim Cleo June

Llegué tarde.

Hoy me levanté con pereza y más tarde de lo usual. Creo que me había acostumbrado a mi JiMin alarma, ahora debo despertarme por mi cuenta. Tuve que salir corriendo porque si demoraba más terminaría en una mala discusión, aunque por lo que voy, no creo salvarme de ella. Para peor debía cargar también con mi guitarra, pues JiMin me había convencido de llevarla para las clases de música.

A este punto ralmente creí que llegaría tarde, estaba tan sólo a una cuadra y ya estaba a punto de rendirme. En realidad ni siquiera estaba corriendo, sólo iba a paso rápido y me cansé. Si lo pensamos bien, el esfuerzo no vale mucho la pena.

Me exalté cuando de repente una motocicleta estacionó a mi lado.

—¿Subes? —Jeon me veía a través de aquél oscuro casco.

¿Oí bien?

No podía creer la ayuda que me estaba ofreciendo JungKook. Esto debía deberse a que lo dejé comer en mi casa, porque, por ley, dejar a alguien comer de lo tuyo significa amistad. No lo hago por cualquiera, eh.

Este cambio de comportamiento podría significar un nuevo rumbo a nuestra relación de odio y estar en paz de una vez.

—Gra...

—Caíste otra vez. —antes de que siquiera me acercara a su moto, el motor rugió en gran volúmen y volvió a arrancar, dejandome a mí atrás.

¡Maldito mal parido! ¡Me volvió a engañar!

¿Cómo vuelves a caer en algo tan obvio y estúpido, CJ?

Paz los huevos que no tengo. Cuando lo vea lo voy a... No sé. Pero algo le voy a hacer.

Las ganas que tenía de arrancar la cabeza de JungKook me hicieron subir la velocidad para llegar lo antes posible, y matarlo lo antes posible. No puedo creer que caí en algo tan estúpido. ¿Cómo no lo vi venir?

Llegué al maldito instituto y justo en la entrada de este, recargado en la baranda de los cortos escalones, estaba JungKook de brazos cruzados y con su vista en mí. Pese a la distancia podía darme cuenta de que sonreía divertido.

Maldito perro, me preocupe por ti por nada.

Y pensar que el fin de semana estuve atormentando a mi pobre mente sobre cómo estaría JungKook, preocupada de que le estuviese pasando algo malo. Llegué al punto en el que casi le envío un mensaje de texto.

Ridículo, lo sé.

Estando ya frente a frente con él su risa terminó de colmar mi paciencia.

—Llegaste, Kim.

Gracias, señor obvio, si no me lo decías no me daba cuenta.

—Sí, y no gracias a ti. —evité gritar para no llamar la atención de ningún profesor que estuviera cerca, pues nos regañarían por no estar en clases.

bad boy ━━ [#1] jeon jungkookWhere stories live. Discover now