『 1OO 』

1.7K 214 115
                                    

꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱꠵꠱
••••

Kim Cleo June

Era una tortura. El tiempo pasaba y él seguía sin decirme algo. Ya se había convertido en mi motivo para llorar cada diez minutos. Eso y el dolor que sentía debido a mi falta de alimentación en lo que iba del día; no desayuné ni almorcé. Estaba tan desganada que ni siquiera me he levantado aún de la cama. Me quedé aquí, acostada, con el único consuelo del abrigo de JungKook que nunca le había devuelto.

«Quiero que me hable» —lloriqueé a mis adentros.

Lo más raro era que se trataba de ese sentimiento de «quiero que me hable pero si es algo malo no». Era estar en una constante y tortuosa intriga. Me estaba matando.

Levanto mi cabeza cuando oigo el ruido de la puerta abrirse. Lo primero que veo es a Cereales entrar corriendo y de un salto subirse a mi cama, justo a mi lado. Sonrío ante sus tiernos maullidos que me exigen mimos y atención. La compañía de mi gatito me estaba haciendo falta.

—¿Cleo June? ¿Qué haces aquí? —veo a la tía Clarity parada en la puerta. Aparentemente ella se le abrió a Cereales.

Mordí mi labio inferior, incómoda de contarle lo que había pasado ayer, sobretodo porque eso amerita la explicación de por qué salgo con un chico con novia. Sería vergonzoso.

—Regresé en la noche. JungKook tenía que irse a resolver un problema y... Bueno, me atrajo de vuelta a casa. —expliqué sin apartar mi vista de Cereales.

—Oh, qué lástima. ¿Pudieron tener su cita al menos?

—Sí... —dije sin agregar detalles— Me llevó a una cafetería de gatos.

—Qué lindo. —sonrió ella— Pero si estuviste todo el día aquí ¿por qué no bajaste a comer?

—Estuve durmiendo todo el día. —mentí con una sonrisa nerviosa— Últimamente ando desvelandome mucho por el instituto.

La tía Clarity bajó la cabeza y negó, suspirando con una sonrisa divertida.

—Qué niña. Con razón tu gato quería tanto subir. —dijo mirando a Cereales divertida— Tu madre me dijo que si tu no estabas que no lo dejara subir porque se porta mal. Pero él insistía e insistía.

—Sí, es que Cereales se hizo pipí en un vestido suyo una vez. —dije tomándolo entre mis brazos y dándole un beso en la cabeza— Pero ella no entiende que el bebé siente conflictos internos cuando no está mamá con él.

—Escucha, preparé pollo al horno. —eso levantó mis antenas, y ella rió por la expresión de mi rostro— Baja a comer algo, debes sentirte muerta. Yo iré a tomar una siesta. —se despidió sacudiendo su mano y cerrando lentamente la puerta.

Francamente, tengo hambre y no me negaría al pollo.

—Si vienes conmigo te doy una pechuguita. —dije picándole la panza a Cereales. Creo que me entendió porque emitió un tierno maullido.

Me levanté siendo seguida por mi minino, yendo ambos como dos depredadores hambrientos por su alimento.

Así es, porque estar triste nunca me impediría de disfrutar una buena comida.

Llegando a la cocina mis ojos no se apartan del refrigerador, y cuando lo abro siento a mi estomago doler más que antes al ver esas patas de pollo dentro de un recipiente. Ni siquiera busco un plato o cubiertos, me siento en un banco frente a la isla de la cocina y comienzo a comer con la mano en compañía de Cereales, convidandole de vez en cuando.

bad boy ━━ [#1] jeon jungkookWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu