bad boy ━━ [#1] jeon jungkook

『 O66 』

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Kim Cleo June

Los cinco minutos con Jeon se volvieron en diez, y esos diez en veinte. Se podría decir que ambos disfrutábamos del momento y ninguno quería terminarlo, pero debíamos. Ni él, ni yo nos veíamos preocupados por llegar tarde.

—¿Tu madre ya los vio? —preguntó referido a algunos de los moretones que aún se hallaban en mi cara.

—Sí, y le dije que fue en una pelea con un oso pardo. Obviamente no me creyó, pero mientras no me hayan descubierto y no la fastidien desde la escuela por una pelea yo era libre de golpear al idiota que me diera la gana.

La sonrisa de Jeon se hizo presente con la inusual anécdota. Yo también sonreí, tanto por su sonrisa como por el adorable hecho de que JungKook se concentraba en mí rostro y en el tutorial de YouTube para tapar con el maquillaje las manchas que deterioraban mi hermosa piel. El resultado fue sorprendente, muchísimo mejor de lo que me suele quedar a mí.

¿Cuál es su secreto para hacer todo bien? Supongo que el paso uno es ser JungKook.

Al tomar mi bolso y notar lo lleno que este estaba, recordé que dentro de él se hallaba la chaqueta que JungKook me había prestado el sábado, y que patéticamente intenté devolver ayer.

—Oye, Jeoni. —llamé, pero me pause al verlo sin camiseta. Los abdominales de Jeon JungKook no se superan. Él levantó levemente el mentón para que prosiguiera mientras abotonaba su camisa— A-ah... Esto es tuyo.

Cuando por fin cubrió ese tentador abdomen se acercó a examinar lo que ofrecía con mi mano extendida a él.

—¿Mi chaqueta? —ni él mismo parecía recordar el por qué la tenía yo, y eso me dijo su mirada cuando cayó en mí.

—Me la diste el sábado. Ayer te la iba a devolver, pero me olvidé. —sentí mis mejillas calentarse al revivir la vergüenza de ese momento.

Él la observó unos momentos y luego a mí nuevamente con una sonrisa que parecía más estarse burlando de mí.

—¿Era esto por lo que diste tantas vueltas ayer?

—¿Qué te importa, estúpido? Tómala o la tiraré a la basura. —ser hostil era mi única solución para sobrellevar la vergüenza.

Salí de la habitación antes que él para impedir darme alguna respuesta y bajé a la cocina con la esperanza de que Cassidy y Heon no se hayan comido todo.

—¿Qué onda, Cassidy? —saludé cuando del otro lado de la puerta se encontraba ella.

—Vete a ensuciar mi cocina en otro lado, Cleo. —contestó de mala manera.

—Superalo, Cass.

Revisé en el refrigerador, en el horno, en todos lados. No había nada.

—¿Y la pizza? —pregunté sorprendida de que mo hubiese más.

—Me la comí.

La miré incrédula estando ella de brazos cruzados— ¿Dos cajas?

No me creo que Cassudy y Heon se coman dos cajas solos. Ella cuida su salud y Heon no soporta comer tanto.