bad boy ━━ [#1] jeon jungkook

『 O65 』

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Jeon JungKook

Me fue gracioso ver la cara estática de Kim y llena de la misma porquería con la que ella me golpeó. Un suspiro escapó de sus labios denotando ira reprimida, lo cual a mí se me hacía cada vez más divertido. Solté una pequeña risa que atrajo su mirada, elevandose poco a poco hasta interactuar con la mía.

—¡Hijo de...! —hizo el amague de extrangularme cuando fue interrumpida por un fuerte grito.

—¿¡Qué están haciendo!? —la madre de Kim se hallaba parada en la puerta de la cocina— Dios... ¡Mi piso! ¡Mi cocina!

No habíamos notado su presencia en el lugar, ni siquiera cuando abrió la puerta.

En sincronía ambos miramos al piso completamente sucio sobre el que estábamos parados, sin mencionar todo lo que ensució las abofeteadas de Kim.

—D-dijiste que volverías más tarde.

—Acabo de llamarte para decirte que venía en camino y me cortaste, cara de mandril. —regañó con sus manos en la cintura.

—Mamá...

—¡No! No. —calló ella con su dedo índice al frente— Haz silencio. Ambos, los dos, se largan ahora mismo a darse una ducha. Son... son unos asquerosos, ¿cómo pueden hacer eso con la comida?

—Señora Kim...

—Descuida, Jeon, sé que es culpa de Cleo June.

—¡Pero...! —Kim intentó rechistar, pero inmediatamente fue callada por su madre

—¡Silencio! Ya, fila y al baño. —chasqueaba repetidamente los dedos mientras nos señalaba la puerta para salir de la cocina.

Ambos bajamos la cabeza y caminamos como niños regañados hacia el segundo piso mientras aún escuchábamos a la señora Kim quejarse. Seguí a Kim hasta su habitación donde ella llegó y soltó un ronco suspiro, pasando sus dedos desde su frente a la corona de su cabeza.

—Te detesto. —dijo en cuanto volteó a verme.

—¿Y ahora por qué?

—Disciida, Jiin, si qii is cilpi di Clii Jini —imitó con burla las palabras fichas por su madre anteriormente.

—¿Y por qué es mi culpa?

—¡Siempre los pones en mi contra! —exclamó tomando una de sus almohadas y lanzandola a mí.

—Fallaste. —dije cuando cayó a un lado.

—¡Lo sé! ¡Estás manchado de comida, idiota!

No sé como explicarlo, pero cuando Kim está enojada tiene una extraña mezcla de verse sexy y adorable. Ni siquiera sé cómo fue que no la besé hace unos minutos allí abajo.

Me acerqué unos pasos hasta estar frente a ella y dejé resaltar mi labio inferior en una falsa mueca triste— ¿Me perdonas?

—¡Eres...! Tan... lindo. —lo que pareció sería un golpe en mi cara cuando levantó su mano, terminó convirtiéndose en una jaloneada a mi mejilla— Ven, idiota, tengo camisetas grandes para ti. Tú usas el baño de invitados porque no dejaré que andes desnudo en el mío.