Capítulo 10: La asesina de Aragog

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Leiah

Draco Sagitar tenía una mente brillante y despiadada para los negocios. Sabía en qué invertir su dinero, y sabía cómo hacer que el trato más inestable en apariencia mutura hasta transformarse en un éxito que acarreara montañas de Coronas.

Él preveía la controversia que ocasionaría el estreno de Dorian Gray, y sabía que sería ese el factor que transformaría su evento en la obra más taquillera del año. Porque todo Aragog querría ver a una mujer que no solo interpretaría a un hombre; sino que dicho personaje era narciso, inmoral, avaro, decadente y asesino.

Leiah viajó a Ara con su inversionista, conociendo por primera vez la majestuosidad de un cielo nocturno que iba más allá del negro con insulsos puntos blancos. Conoció el frío asesino de sus noches, y la magia de los cristiales que la salvarían del mismo. Conoció el polvo cósmico que iba del blanco al violeta en el firmamento, y la intensidad con la que brillaban las estrellas en la Capital.

Cenó con lores y directores importantes que ansiaban por conocerla, probó platillos que en su vida anterior ni siquiera había oído mencionar. Y vislumbró por primera vez la silueta del palacio, y la extravagancia de los carruajes que salían del mismo.

Ensayó el libreto de Dorian Gray, ya no como una principiante casera, sino como una profesional. Había todo un equipo detrás acesorando sus expresiones faciales, su lenguaje corporal, desglosando la naturaleza de su personaje para que ella pudiera entenderlo.

Trabajó con actrices reconocidas, esta vez estando entre los grupos que intercambiaban anécdotas y consejos. Ensayó en escenarios enormes con mucha producción, visitó teatros de la clase alta para ayudar a escoger en cuál de ellos se efectuaría el estreno de su debut.

Estaba viviendo un sueño, uno en el que ella era la protagonista y no solo la narradora.

Recibió clases privadas de artistas profesionales, visitó academias de actuación para conocer diferentes métodos de enseñanza. Y todos los días aprendía algo nuevo.

En todo ese tiempo había accedido a quedarse en la mansión de Draco mientras estuviera en Ara. Se alimentó con sus banquetes, gozó de los servicios de su personal, se vistió con las prendas del guardarropas que Draco habilitó para ella y escuchó día, tarde y noche sus consejos y conocimientos sobre el teatro, y sobre Aragog en general.

Días previos al evento, Leiah escuchó hablar de la asesina de Aragog por primera vez.

—¿Sería demasiado imprudente de mi parte, preguntar por esa asesina de la que comentabas con tus colegas? —preguntó Leiah mientras ambos estaban sentados a la mesa en la hora de la cena, luego de algunos ensayos con el elenco completo a las afueras de la ciudad.

Draco siempre la dejaba usar la biblioteca del vestíbulo a pesar de que él solía reunirse en ese mismo espacio, cerca de la chimenea, a intercambiar copas con sus compañeros más cercanos. Sus negocios los realizaba en su despacho, el único lugar al que Leiah no tenía acceso de toda la mansión. Sin embargo, en aquellas amistosas reuniones de su representante temporal, la actriz en potencia conseguía recolectar pequeños fragmentos de conversaciones interesantes.

—Nunca eres imprudente, Leiah, te lo he dicho —recalcó el hombre sin levantar su mirada reptiliana del plato de comida—. Puedes preguntar lo que quieras.

—O querrás decir que siempre lo soy, pero a ti nunca te ha molestado.

Draco sonrió, siempre fascinado con la manera de expresarse de la joven por la que había apostado tanto dinero, y que sin duda le haría ganar mucho más.

—A veces no sé lo que eres, por lo perfecta que sueles ser para convertirte en la personalidad que te dará lo que quieres. —Él detuvo sus cubiertos, y con su característica sonrisa gatuna le dio a Leiah la información que ella buscaba—. Es la viuda de la que hablábamos hace unas semanas.

Vencida [Sinergia II] [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora