82: Princesita

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Lyra

Cabellos negros, sus iris oscurecidas con químicos y la ropa típica de los bajos fondos hicieron de las menores de las Cygnus unas niñas cualquiera.

Lyra temía muchísimo tener que dejarlas, pero confiaba en Antares. Confiaba en su juicio, y por ende confiaba en su patrocinador. Solo le quedaba confiar en el matrimonio de ancianos recomendando por el misterioso patrocinador para cuidar a las niñas.

Si Lyra no regresaba, ellas estarían bien, a salvo, y educadas con decencia. Aunque no fuera a su lado.

Esperaba poder evitar esa horrorosa posibilidad.

—Quiero ser caballero —le dijo Freya a su hermana mayor mientras hacían las maletas.

La acción de Lyra se cortó en seco al escucharla.

—Ca-caballero... ¿Caballero?

—Caballero, sí.

—¿Sabes que ser caballero no significa ser profesional montando a caballo, no?

—Sé lo que son caballeros.

—Sí, pero... ¿Tú?

Freya se sentó junto a la valija donde había estado guardando sus pertenencias. Mejor dicho, sus libros, juegos de mesa y folio de bocetos donde plasmaba la imagen que se hacía en su cabeza de sus personajes favoritos. La ropa era lo de menor importancia.

—¿Qué pasa conmigo? —preguntó Freya cruzándose de brazos.

—Lo digo por... —Lyra dejó salir el aire de sus pulmones y se sentó junto a su hermana—. Supongo que primero debo escuchar tu explicación. ¿Por qué dices que quieres ser caballero?

—Cuando recuperemos Deneb hará falta mucha protección. Habrá que reclutar más hombre para la guardia luego de todos los que perdimos. Quiero entrenar todo lo que haga falta hasta poder presentarme voluntaria para el puesto.

—Freya, ¿por qué querrías algo así? Ni siquiera entiendo por qué un hombre querría algo como eso. Esas personas no tienen una vida más allá de la protección de sus juramentos, no pueden tener familia ni tienen tiempo para amistades. En cambio tú... —Lyra pasó la mano por el rostro de su hermana—. Eres una niña con tanto brillo... El mundo es tuyo, Freya. Si no quieres casarte lo comprendo, pero todavía podrías viajar o estudiar algo que te apasione de verdad.

—Lo que me apasiona es lo que te he dicho. Quiero ser mejor con la espada, esas son las historias que quiero que cuenten sobre mí. ¿Recuerdas la fábula de la princesa en la torre helada? No quiero ser ella, quiero ser el caballero que la salva. Quiero que las personas piensen en mí cuando necesiten protección, y confíen. Quiero poder dormir tranquila. No quiero volver a... Hermana, una vez confiamos en nuestro padre, y ya viste cómo resultó. No puedo volver a depender de un hombre. Jamás.

Lyra se mordió los labios. Quería imponer sus ideas sobre la elección de su hermana, pero sabía que estaba mal. Quería encontrar argumentos más determinantes para hacer de su aspiración una imposibilidad, pero no los encontró.

¿Tan terrible sería que Freya escogiera un sueño en el que no tuviera que arriesgar la vida?

—No será fácil que las personas acepten una mujer como caballero —señaló Lyra intentando sonar más comprensiva—. Ni siquiera crearon un nombre lo suficientemente inclusivo para suponer esa posibilidad.

—He leído historias de caballeros mujeres.

—Has leído historias de sirios enamorados, Freya.

—Pero tú serás reina en Deneb, es tu derecho. Nadie podría contradecirte salvo el tío Antares, y él nunca me impediría algo que me haga feliz.

Vencida [Sinergia II] [COMPLETA]Where stories live. Discover now