68: Mi amiga Madame Delphini

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Madame Delphini y Leiah se escabulleron hasta el ático de Lady Bird donde ya las estaban esperando algunas vendidas.

Todas estaban sentadas en el suelo o recostadas de alguna pared. Algunas sonrientes, otras serias y con un porte más trabajado; pero todas tenían en sus manos algún libro, pergamino o pedazo de papel.

Leiah no reconoció a la mayoría. Tal vez porque no estaban en la pizarra cuando ella estuvo en la mansión, así que en consecuencia no eran una competencia y no merecían la atención de la ambiciosa aprendiz de vendida que fue entonces.

—Leiah —dijo Madame Delphini—, estas revoltosas que ves aquí son las aprendices de Lady Bird que asisten al nuevo curso de teatro. No sé si las reconoces, sin duda habrá alguna que recordarás un poco de tu paso por aquí. Pero no es a la vendida que fuiste a quien quiero presentarles. Te traje porque quiero que conozcan a una actriz de tu trayectoria y que tú también las escuches. Muchas no me dejarían dormir si supieran que estuviste por aquí y no pasaste a saludar.

Dicho eso, madame señaló a una entre ellas.

—Ella es Maia. Quiso estar presente ya que es muy admiradora de tu trabajo...

—Tu interpretación de Dorian Gray... —atajó la aludida con una enorme sonrisa—. Simplemente sublime. No estuve, por supuesto, pero en clases estudiamos los artículos que hablan sobre tus obras, e hice una exposición para mi proyecto donde analizaba tu interpretación y los motivos por los que causó tal impacto social. Y Vendida... Es mi obra favorita de todos los tiempos, madame. Me encantaría saber cómo pudo adaptar una novela así, cómo fue la selección del elenco...

—Leiah tiene que respirar, Maia —comentó otra de las aprendices de Lady Bird—, leerás todo eso cuando publique su autobiografía.

Todos rieron del chiste de la otra vendida, que pasó a presentarse.

—Yo soy Ortencia —explicó—. Estoy aquí porque madame Delphini nunca deja que olvidemos que es gracias a ti tenemos estas clases. Dice que eres estúpidamente negativa así que me pidió que te cuente que tendré mi primer papel pagado a final de mes. Si me va bien tal vez consiga un contrato.

—¿Qué edad tienes? —preguntó Leiah de pronto cayendo en cuenta de aquella preocupación—. ¿No tienes edad para ir al mercado?

—Tengo veintiuno y ya no voy al mercado, madame. Me preparan para ser actriz.

—Pero...

La mano de Delphini se posó sobre el hombro de Leiah.

—Estamos en fase de prueba todavía, pero la idea es que las compren productores y pagen un indulto a la corona que se estipuló en mucho más de lo que paga un lord por una vendida —explicó.

Luego la madame se inclinó más cerca de Leiah para susurrarle al oído:

—Tienen hasta los treinta para conseguir un contrato o empiezan su trabajo de preparadoras para lady Bird. No es un sistema perfecto, pero es el avance más significativo en al menos dos siglos, madame. Y empezó aquí, en este cochino pueblito.

«Madame». Madame Delphini la estaba llamando madame.

Leiah vio a todas las damas preciosas que la miraban con admiración, añoranza, intriga y ojos brillosos. Algunas parecían querer saltarle encima a tocarla y verificar si era real.

—Esto es muy... —Leiah tragó en seco. El ardor en sus mejillas le avisaba que estaba sonrojada. Tal vez tenía algo que ver con el terror que le quemaba el estómago—. Abrumador. Realmente no sé qué decir que esté a la altura de sus expectativas

Vencida [Sinergia II] [COMPLETA]Where stories live. Discover now