XXX: Devoto

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El fuego danzaba voraz ante sus ojos. El calor se proyectaba hacia su rostro, acalorando más y más sus mejillas. Como si intentara dejar un beso en cada una y que permaneciera por siempre en ellas. Harry había perdido la cuenta de cuentas olas de celo había pasado con Louis esa noche. Si su propio celo había menguado. Era imposible llevarla cuando Louis era quien comandaba ahora y sus feromonas lo dominaban. En el fondo, Harry sabía que su celo había terminado en las horas que llevaba encerrado en ese despacho que estaba decorado con nada más que un diván, un escritorio desierto y un estante en donde libros y vinos yacían dispuestos.

Pero aunque quería detenerse y descansar, no podía. Apenas recuperaba fuerzas, Louis lo apresaba y usaba como un juguete. Sus labios dejaban duras marcas sobre su dermis, sus manos firmes repasaban una y otra vez las curvas en su cintura, en sus senos, en sus piernas. Ya no era el rey quien intentaba grabar como se sentía tocarlo para vivir con ese recuerdo después de la luna, el alfa... esa parte animal... Harry nunca podría olvidar como era Louis cuando su instinto salía a la luz.

Y se había equivocado rotundamente al creer que, por ser mestizo, no actuaría como un alfa puro. Porque quien lo estaba penetrando ahora, no era nada más que un alfa. Tosco y bruto.

No sentía temor como al principio de la noche. Tenía bien claro que Louis, a pesar de no estar consciente y razonable, no lo dañaría y no haría nada que implicase herirlo emocional o físicamente. Y era eso, solo eso, lo que le hacía entregarse por completo. Quería, él y su omega, satisfacer a Louis de maneras que nadie antes lo pudo haber hecho. Ni siquiera esas mujeres que la reina llevó a su habitación cuando era joven.

Louis gruñó detrás de él y Harry gimoteó llorosamente en respuesta cuando sintió su tosca mano enredarse entre sus rizos y apretar su cabeza contra el suelo. La nueva posición en la que Louis le ordenó estar era sobre sus rodillas y manos, con el pecho tocando el suelo mientras sus brazos yacían a los costados de su cuerpo. Inmóvil como si ambos fueran dos perros. Él lo quería inmóvil para tener el control absoluto. Lo que era sin duda excitante. A Harry le gustaba tener el control de muchas cosas, pero ahora... ahora se dejó llevar por su propio deseo y lo que Louis imponía sobre él con solo gruñidos.

Su omega interior le hacía actuar a pesar de estar cansado y horriblemente sudado. Agradecía que ahora estuviera tomando su lugar, que la excitación le hiciera olvidar el dolor que lentamente aparecía en su espalda baja ante tantas penetraciones.

Louis bombeó dentro de él y le robó un crudo chillido cuando comenzó a rozar la glándula que le hacía nublar el juicio. Harry alzó su mano y rodeó la muñeca de Louis que estaba sobre su cabeza. Abrió más sus piernas, permitiéndole entrar libremente y humedecer más sus pieles con su lubricante. Ya no importaba el fuego que estaba frente a él, la manera en que su fluido resbalaba por sus muslos, como el sudor brillaba en sus brazos duros y contorneaba aún más sus curvas. Que afuera las sirvientas pasaran por el pasillo o que el festival ya culminaba en la plaza. Solo importaba esto. El ardor en sus paredes internas que no acababa nunca.

Seguramente Louis estaba disfrutando mucho de tenerlo de ese modo, porque había retrasado su orgasmo todo lo que pudo para mantenerlo así. Sobre sus cuatro extremidades, frente a la chimenea, mientras sujetaba su cabeza contra el suelo y le hacía lloriquear como si realmente fuera su esclavo. Como si esto hubiera sido lo que él quiso hacerle cuando lo secuestró.

Harry miró las llamas y entreabrió la boca, saliva cayó por el costado de ella mientras escuchaba el chasquido de su piel en cada embestida. Mientras era consciente de como el miembro de Louis entraba una y otra vez y golpeaba en lo más profundo. La irritación de sus glúteos por los constantes golpes. 

—Louis... —sollozó, apretando su mano alrededor de su muñeca. Podía sentir el hormigueo del orgasmo apoderarse de su estómago. Lo que Louis sentía en su propia alma. Él estaba tan excitado, que lo único que Harry sentía era su propio deseo y hambre, induciéndolo a ir a ese sitio también —, más fuerte, hazlo más fuerte... me duele...

The king's heart (l.s) #2Where stories live. Discover now