LXII: Reunión

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Cyra limpiaba las heridas de Harry bajo la atenta mirada de Louis. Con un paño húmedo quitó las costras alrededor de la sutura y luego untó una crema hecha en base a medicinas que con suerte pudieron encontrar en Lenor. Harry observaba atento como la médica ponía mayor cuidado en el corte, su ceño fruncido, las manchas de sangre ajena que tenían su ropa.

Poco a poco, la comida y los insumos médicos se acababan. Había oído a Cyra esa mañana comentárselo a Louis. Enumerar las muertes que ocurrían por la noche al no tener los medicamentos que sus pacientes necesitaban para reservarlos a los más importantes como las princesas o los soldados, comenzaba a ser un problema. Se sentía culpable, pero comprendía el que guardaran las ultimas cosas para él y Louis. Sin embargo, ya no se podía disfrazar la necesidad con tranquilidad y comprensión. Lenor estaba desabastecido por culpa de ellos. Y Denébola continuaba haciéndoselas en el palacio.

Tras pasar una noche inquieta con Louis, contarle todo lo que había pasado las semanas de su ausencia, como Libelle había llegado a rescatarlo en compañía de Erix en el palacio, tomaron la decisión de realizar una reunión en la tienda de los ancianos de Haze. Todos los lores serían llamados, incluidos Gaelen. Harry esperaba que todos llegasen a un acuerdo hoy, pues algo en el aire había cambiado después de haber ido a Nymeria. De haber perdido y hacer enfurecer a la bruja. No se sorprendería si ella aparecía esa misma noche a declarar la guerra final.

Cyra cubrió su cintura con una nueva venda, sus dedos tibios y firmes trabajaron rápidamente y, cuando acabó, se apartó un poco y le tendió una mano. Harry la aceptó y se sentó con cuidado. Su cabeza se sintió levemente pesada, pero con unos cuantos pestañeos aquella sensación se disipó. Louis no dijo ninguna palabra. Pero estaba pendiente de cada uno de sus movimientos. Harry reparó en que tenía ojeras otra vez, su cabello no estaba precisamente ordenado, pero la corona yacía ahí en sus hebras negras. Brillante. Era más que suficiente para que cualquiera acatara sus órdenes.

—Debemos agradecer que la herida no se infectó y no resultó en algo más grave —comentó Cyra, tendiéndole su ropa. Una camisa suelta de color negro en conjunto con los pantalones y botas. La corona estaba sobre el escritorio, quieta pero a la vez bulliciosa —, una ceremonia pequeña no estaría mal, majestad.

Louis miró de soslayo a Cyra mientras llevaba sus manos tras su espalda.

—¿Necesitas orar?

Ella se encogió de hombros.

—Niall puede organizar algo pequeño. Podría ayudar a los soldados a obtener algo de paz o esperanza. A pedir por quienes han partido. Mostrar algo de misericordia y compasión nunca está mal en tiempos de guerra.

Harry miró a Louis, notando el pecho pesado de repente. Orar... en su aldea los guerreros hacían un ritual antes de someterse a pelear. Y, sin antes haberlo notado, la idea de pedirle a Aeris algo de valentía y claridad mental no se escuchó mal.

—Dile a Niall que lo haga —concedió —, en la plaza central de Lenor. Hay que decirle a Erix.

—¿No es mucho pedir?

—No —dijo con tranquilidad, dirigiendo su atención a Louis que lo observaba nuevamente —, yo necesito charlar con los dioses.

—Por supuesto.

Le brindó una cálida sonrisa, a la vez que intentaba ponerse la camisa. Cyra rápidamente se acercó y le ayudó a enfundarse en ella. Al terminar se puso de pie, tambaleándose ligeramente por haber estado un día completo en cama. Llevó una mano a su costado cuando sintió un ligero tirón en la piel y por dentro, lo que causó que Louis se acercara al instante.

—Estoy bien —clamó —, estoy bien.

—Deberás ponerte un abrigo encima —ofreció Louis en un tono de voz bajo, casi tenso —, hace frío afuera. 

The king's heart (l.s) #2Where stories live. Discover now