LXX: Limpio

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Después de muchas semanas el cantar de las aves regresó. El silbido resonó entre los árboles del bosque de Lenor, serpenteando por los arbustos y las ramas junto al batir de las alas. Harry no había olvidado como sonaba aquel canto, pero oírlo tras semanas hundidos en oscuridad y frio, era la confirmación de que realmente había empezado un día. Una nueva era.

Lord Huron, el consejero que estuvo todo este tiempo dando sus mejores palabras, le había dicho que era propicio descansar. Cyra también se lo había dicho, pero Harry no podía quedarse quieto dentro de la tienda cuando afuera el desastre continuaba y el sol quemaba. Había que buscar rastros de Denébola, reunir a los caídos. Y dejar que Louis descansara.

Entre los dos, él había sido más herido... Por su propia mano. La realidad era que necesitaba alejarse para poder aclarar su cabeza y comprender lo que había sucedido no fue su culpa. No fue intensional. No fue... Él jamás podría dañar a Louis de manera física. Nunca. Pero lo había hecho. Denébola lo había hechizado.

Recordaba perfectamente lo que ella había planteado en su mente. El odio insostenible que de pronto sintió hacia su alfa. Como si fuera un enemigo que le había arrebatado todo. Los instintos salieron a flote y aquel le impuso que no encontraría alivio hasta que no atravesara su cuerpo con las flechas o la espada. Aquel fue el propósito. Matar a Louis. Herirlo de gravedad.

Y lo consiguió.

Pero aun consiguiéndolo no sintió ningún alivio más que desesperación, porque por dentro su omega había comenzado a luchar con él. El instinto le hizo errar en los tiros y le suplicaba que cesara. Pero Denébola... podía sentir los hilos dorados de la magia alrededor de sus muñecas, amarrando su torso y metiéndose en la marca para anular cualquier interacción con Louis. Pudo percibir todo, había visto todo. Y recordarlo...

Detuvo sus pensamientos abruptamente cuando recordó la manera en que su flecha atravesó la pantorrilla de Louis y le hizo caer sobre el lodo bajo la lluvia fría. La mirada que le brindó. Tan destruida y desesperada. Cargada de agonía. ¿Cómo...? ¿Cómo pudo ceder a lo que ella quiso y no detenerse? Encontrar algún punto para que los poderes de ella no recayeran tan feroces sobre su alma. Pero Denébola fue más poderosa y astuta. Había atacado a cada emoción e incluso tras su muerte, dejó secuelas y culpas. Dolía más que los dolores físicos.

No había resultado tan herido. Nada más que rasguños y moretones decoraban su cuerpo más el corte que San le había hecho. Pero sí cojeaba y le dolían los músculos al moverlos. Sin embargo, no merecía ocupar una de las camas que rápidamente se llenaban en el campamento. No quería estar ahí tampoco. Quería estar con Louis... Un Louis de cabello castaño, de piel limpia, de espíritu libre. Lucia más hermoso que antes. Más tranquilo y lleno de juventud. Era extraño mirarlo y no ver aquel cabello negro, su mechón dorado, el torso dorado. Harry no evitó pensar si seguiría siendo el mismo. Si al mirarlo seguiría sintiendo lo mismo.

Cuando volvió a la normalidad notó todo por el lazo, el alivio y una soltura difícil de explicar. Supo desde antes que la maldición en Louis se había disuelto.

En el valle muchas personas dudaron en tocar a Louis, pero cuando Cyra puso sus manos sobre él y no ocurrió nada... Uno a uno los soldados lo tomaron y cargaron hacia el campamento en Lenor. Harry fue tras ellos con ayuda de Darko. Y vio todo mientras lo curaban, pero no se atrevió a tocarlo. No podía tocarlo aún. No mientras su cabeza daba vueltas y el campo de batalla estaba plagado de cadáveres. De personas que tuvieron una familia que ahora los esperaba.

Cyra había diagnosticado que el desmayo de Louis en el valle se debió al dolor y la pérdida de sangre. El cuerpo de Louis al ver que el peligro había cesado detuvo el estado de alarma y lo obligó a ceder al dolor y la fatiga. Cyra había sacado la flecha de su pierna y saturado la herida, pero había resultado con otras lesiones. Una fractura en su brazo derecho y esguince en su tobillo, los cuales Cyra también se hizo cargo en curar. Como la fiel medica de ambos y amiga, Harry aprobó que ella se hiciera cargo de todo, con la condición de que descansara después.

The king's heart (l.s) #2Où les histoires vivent. Découvrez maintenant