Capitulo 9

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Mientras sostenía la caja de libros y mapas iba recordando toda la lista que tenia que cumplir antes de ir a casa. Tengo que hacer la cena y sentarme a hacer la tarea con los niños, ya que si no les estoy encima ellos pueden dejar de lado todo aquello importante y ponerse a jugar videojuegos con sus amistades.

Camino un buen tramo hasta llegar a mi coche y meto la mano en unos de mis bolsillos hasta lograr tener mis llaves, la meto en la cerradura y luego me quedo petrificada al ver el reflejo de una persona conocida en la ventana del coche. Me cubren la boca con un pañuelo e intento gritar mientras suelto la caja al suelo y en unos segundos comienzo a sentir un hormigueo en todo el cuerpo. ¡Oscuridad!

El olor a sal marina entra por mis fosas nasales y despierto agitada al sentir mi cuerpo mojado, el pecho me duele y comienzo a gritar al no poder ver nada ya que una venda aprieta mis ojos con fuerza.

_¡Te callas!_ Gritó alguien y sollocé al notar su mano tironear de mi brazo, su voz se me hace conocida y gruño cuando me toman del cabello con fuerza.

Me hace salir del coche y luego siento algo presionar mi espalda,me empuja y comienzo a caminar con temor, mi respiración se agita y escucho un bramido lleno de terror. Una mano se presiona contra mi nuca y luego me empuja una vez mas hasta que me detengo de golpe. El viento golpea mi rostro y puedo oler mas de cerca la sal. Estoy en el borde de un acantilado, lo sé por las piedras que se caen al vació mientras me muevo intranquila.

_¡Dios!, ¡déjame ir!_ Grité desesperada oyendo a los lejos las gaviotas sobrevolar el cielo.

Escucho cargar el arma y me giro despacio, mis sollozos ahora son difíciles de callar y relamo los labios con muchos nervios acumulados.

_¿Qué quieres de...mi?_ Pregunté angustiada y le oí suspirar.

_Salta de una vez_ Respondió con enojo y tragué saliva mientras sentía mi cuerpo helarse por aquel frío y al estar mojada era mucho peor.

_No tienes que hacer esto, puedo darte dinero, puedes llevarme al banco y saco de ahí lo que tengo ahorrado en mi cuenta. Podemos solucionar todo lo que quieras, solo no me mates...por favor tengo familia_ Dije angustiada y tiritando de frío.

_No quiero tu maldito dinero Natalia_ Dice de una vez y sollozo al reconocer esa voz, esa voz que pensé no oírla en una situación como esta.

Me quita la venda y luego abro los ojos despacio, acostumbrándome a la luz del sol que me quema la visión. Monica me está apuntando con el arma y está roja de tanto enojo que siente.

_Tú no eres mala persona.... tú realmente estas dolida y te entiendo. Sabes que debes hacer esto, porque me amas y yo te aprecio un montón, por favor Monica solo déjame ir. Tienes que conocer a Francesca, como te lo prometí_ Pedí entre llanto y ella mordió sus labios con fuerza mientras lagrimas mojaban su rostro.

_Nunca me amaste y jugaste con mis sentimientos, ¿y sabes qué?, nunca mas confiaré en tus palabras, nunca mas volveré a enamorarme y dar todo por amor como lo hice contigo. Después de ver como te rompes el cuello iré a buscar a mi hija y nos iremos muy lejos. ¡Ahora salta!_Gritó furiosa mientras sus ojos se teñían de oscuro.

Tomó en un puño mi camiseta y me hizo hacia atrás mientras que me quedo solo apoyando los talones en el borde, debo pensar algo rápido y tal vez decirle la verdad.

Su mano tiembla sobre mi pecho y le veo los párpados cerrarse seguramente dando a entender que estaba bajo efectos de alguna droga o alcohol.

_Estoy esperando un bebé_ Dije rápidamente cuando supe que me iba a empujar. Sus ojos se abrieron grande y sollocé del miedo que sentía.

_Me estas mintiendo_Susurró de cerca y negué con la cabeza mientras trataba de regular mi respiración.

_Yo...yo me enteré hace unas semanas y quise hablarlo lo antes posible solo que no encontré el momento indicado_ Respondí angustiada viendo que ella dejaba de apuntarme.

Sin saberlo de antemano me golpeó en el rostro y rodé en el suelo áspero hasta quedar agarrada del borde. Tironié de la tela de su pantalón y ella cayó detrás mio, quedó sosteniéndose de mis piernas mientras las suyas bailaban en el aire con desespero. La lluvia comenzó a caer y la tierra comenzó a mojarse entre mis manos.

_¡Eres una maldita!_Gritó Monica desesperada mientras se agarraba de mis piernas con fuerza, miré hacia abajo y admiré las olas romperse contra las piedras,cerca de la orilla.

Los relámpagos teñían el cielo y gruñí mientras intentaba subirme con las fuerzas de mis brazos. Pero ella me tiraba hacia abajo con el peso de su cuerpo, las dos no íbamos a sobrevivir así que empece a patearla con fuerza.

_¡Ayuda!, ¡que alguien me ayude!_ Grité desesperada mientras me agarraba con fuerza del borde ahora lleno de barro y piedra caliza.

De pronto alguien me tomó de la muñeca y levanté la cabeza para ver de quien héroe se trataba. Era ella, mi chica del bar y comencé a jadear asustada y temerosa.

_Patéala, no puedo con ambas, ¡amor hazlo ya!_Dijo Emily con desespero y empecé a mover mis piernas de un lado a otro. Abajo sus gritos me atormentaban y comencé a patear su rostro con fuerza, oyendo como se quejaba de dolor aun sin querer soltarse de mis piernas.

_¡Muérete maldita de una vez por todas!_ Grité angustiada y llegué a patear su frente hasta que me sentí liviana, escuché su grito mientras caía al vacío y luego  todo se volvió silencioso.

Emily me tomó de los brazos y comenzó a jalarme hacia arriba, una vez con medio cuerpo fuera de aquel peligro me abrazó y me arrastre lo mas lejano del borde. Sollocé en un ataque de angustia y froté su rostro buscando que sea cierto y no solo producto de mi imaginación. Ella se puso de pie y con cuidado se acercó al borde, quedó mirando hacia abajo con enojo y luego me quedó viendo con ojos llorosos.

Volvió a mi lado y me abrazó con fuerza, enredé mis dedos en su cabello y la besé para luego largarme a llorar mientras sentía sus dedos acariciarme las mejillas y tratar de calmar mis nervios.

Volvió a mi lado y me abrazó con fuerza, enredé mis dedos en su cabello y la besé para luego largarme a llorar mientras sentía sus dedos acariciarme las mejillas y tratar de calmar mis nervios

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La chica del bar 4 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora