Capítulo 75

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Habia diseños y documentos encima del escritorio, también tres personas vestidas con traje me indicaban con el dedo cual era el dibujo adecuado para cada trabajo de arquitectura , tenia un dedo sobre el mentón y cerré los ojos cuando me vi envuelta en pensamientos.

Tenia que encargarme de la empresa que me había heredado mi padre, antes era una compañía de abogados y ahora era de diseño y arquitectura . Y me fascina delegar a los empleados, aunque preferiría quedarme en casa para cuidar para Santiago. Supongo que en la hora del almuerzo pueda ir hasta casa y verlo un ratito y estar junto.

Jessica lo cuida por las mañanas y en la tarde estoy yo para mimarlo mientras ella trabajaba en el bar de cócteles, me encanta como va creciendo nuestra relación, estoy muy feliz de tener su compañía en el día a día.

Visitar a Natalia me hizo pensar y también entender que ella ya no me ama, no reino en su corazón y el poco respeto que nos teníamos se termino diluyendo, me siento feliz sabiendo que ahora Hannah la va a proteger pero igualmente le dejé en claro que podía llamarme al teléfono que figura en la tarjeta de negocios que mande hacer especialmente para entregar a cualquier persona que estuviera interesada en mi trabajo. Los tiempos cambian y las personas también, durante los meses que estuve encerrada en el hospital llevando el tratamiento aprendí muchas cosas y una de ellas era que la mujer con la que estuve casada mucho tiempo había dejado de esperarme, que mi amante me cambió por otra mejor y que mis hijos habían crecido.

_¿Entonces cuál le gusta más para el diseño del mural?_ Preguntó de repente uno de los empleados y me salí de mis pensamientos.

Quedé mirando los dibujos y señalé el de la flor de Loto con letras amarillas. Me sonrieron y dejaron mi despacho, me estiré en la silla y luego me levanté, me acerqué hacia el gran ventanal y miré los autos que llenaban las calles de New York, la contaminación crecía cada vez mas y cerré los ojos al recordar que es lo que hacia cuando me quedaba a solas en mi despacho.

Recordé donde guardaba las botellas de licor y el wisky y me acerqué al mueble, me quedé mirando ambas botellas y fruncí el ceño al leer las etiquetas, cada una tenia mucho porcentaje de alcohol y me avergoncé de mi misma al recordar el veneno que eran esas cosas en mi sistema.

Las tiré dentro del cesto de basura y luego quité la bolsa, hice un nudo y la cargué con una mano mientras salía de mi despacho, todos me veían mientras caminaba por los pasillos y cuando llegue al ascensor me detuve para tocar los botones que se encendían y titilaban.

_¿Quiere que haga eso por usted?_ Escuché decir con una vocecita y mire hacia mi costado. Una mujer de mediana estatura me miraba y esperaba una respuesta.

Recordé que era una de las secretarias de doble turno y parpadee.

_¿Cómo es tu nombre?_ Pregunté con el ceño fruncido y ella me miró sorprendida.

_Me llamo Roberta, señorita Brooks_ Me respondió con cierto tono asustadizo y sonreí.

_Te lo agradezco Roberta, pero esto debo hacerlo yo misma_ Dije mientras veía como las puertas del ascensor se abrían.

Me metí y al mismo tiempo que tocaba el botón de planta baja largaba un suspiro. Una vez se detuvo el ascensor salí y caminé hacia el exterior. Un día caluroso me esperaba y pensé en mi familia cuando dejé la bolsa con las bebidas dentro del contenedor.

Se me vinieron imágenes a la cabeza, admiré la sonrisa que tenía Natalia cuando le propuse matrimonio y también vi las caras de mis pequeños cuando festejamos el cumpleaños de los gemelos en un gran salón, con muchos juegos inflables y un payaso personal.

Me asusté cuando alguien apoyó una mano en mi hombro y me giré mientras contenía la respiración. Jessica se encontraba cargando al bebé dormido sobre sus brazos y me estaba viendo con el ceño fruncido, sollocé y los abracé con cuidado de no despertar al pequeño.

_¿Qué sucede contigo?, estas distante, tu cabeza está en otra persona y te entiendo perfectamente. Pero no olvides que yo estoy aquí para apoyarte en todo_ Comenzó a decir mi novia frotando sus yemas en mi mejilla izquierda y se mordió los labios_ Te quiero Emily y no me gustaría perderte.

Acaricié su cabello y luego me limpié las lagrimas que bajaban de a borbotones por mi rostro, me sentía débil y pequeña, que desperdicio es llamarse inservible.

Tenia muchas preguntas que hacerme, tenia que cumplir muchos propósitos y también dejar ir a la persona que es importante para mi, ya no hay lugar para mi en esa familia, aunque seguiré estando en forma presencial o no.

Seré el apoyo moral que siempre debí dar y también seré el hada madrina de los futuros proyectos que quieran tener conmigo.

_Solo estoy sensible, la mujer que una vez juró amarme ahora está jurándole a otra y se va a casar, bueno eso me dio a entender su novia, la cual ahora cuida de mis hijos porque el juez me quitó la custodia cuando yo estaba bajo efectos de las drogas y el alcohol. No voy a recuperar el tiempo perdido pero aquí me quedo intentando ser feliz contigo y Santiago, pero no voy a negarte que los sigo amando_ Respondí en tono angustiado y me perdí en aquella mirada que me daba Jessica, mi nueva compañera de vida.

 No voy a recuperar el tiempo perdido pero aquí me quedo intentando ser feliz contigo y Santiago, pero no voy a negarte que los sigo amando_ Respondí en tono angustiado y me perdí en aquella mirada que me daba Jessica, mi nueva compañera de vida

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La chica del bar 4 Where stories live. Discover now