Capítulo 62 Sex addiction

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Su piel estaba sudada y la mía también. Teníamos las horas contadas, ya que estaba en medio de un bloqueo de escritura para terminar el trabajo practico de la Universidad, y no se me ocurrió otra que llamar a la primera chica que se me insinuó en los baños del edificio.

Y aquí estoy metiendo la lengua entre sus pliegues super húmedos, mientras aún su posición me deja deleitar con su trasero. Su respiración se agita y la veo apretar las sabanas con fuerza.

_¡Oh dios sii, dame más!_ Grita eufórica mientras que cambio de posición y ahora arrodillada meto y saco los dedos con rapidez, mientras visualizo en mi mente la idea que tenia sobre el proyecto.

Cuando la oigo gritar alto y una vez que mi mano se moja de sus fluidos me alejo con algo deprisa y me acerco hacia mi cuaderno de tareas. Prendo la lampara de escritorio y muerdo mis labios mientras empiezo a escribir con un lápiz.

_¿Vas a ponerte a escribir?, ni siquiera te has corrido Emily_ Dijo la colorada sentándose en la cama y levante la mirada de mi cuaderno.

_ Si ya te has quitado las ganas entonces ahí tienes la puerta, vete por favor y cierra al salir. En éste momento me llego la inspiración y no quiero que nadie me moleste_ Respondí sin tomar importancia a sus ojos llorosos.

Ella se levantó de la cama como alma salida del cuerpo y comenzó a levantar la ropa del suelo, se vistió con prisa y me dedico una mirada llena de odio.

_Esta bien, vete a la mierda y no me llames más_ Soltó furiosa antes de cerrar la puerta con fuerza y suspiré mientras me sentaba en la silla.

<< No pretendía hacerlo>>.

Ahora que estaba a solas abrí unos cajones y saqué la botella de Whisky escoces, lo serví en un vaso con hielo que siempre tenia preparado en mi nevera y luego lo tomé junto a dos pastillas azules que me había recetado la doctora. El relajamiento viajó por mis neuronas y elegí seguir escribiendo y así poder terminar con el trabajo de una vez por todas.

....

Sus ojos se movían de párrafo en párrafo, su boca se apretaba y admiré su cabeza asentir varias veces, como estando de a cuerdo con las ideas que había creado en una noche salvaje y calurosa.

_Es un trabajo muy excelente señorita Brooks, si sigue de esta manera será la primera de la clase que se gane un nota de prestigio_ Comentó con orgullo el profesor y sonreí mientras movía mi lápiz negro entre mis dientes.

Escuché murmullos y miré hacia la morocha que me veía un poco molesta, seguramente no le agradaba para nada que le quitara el puesto que una vez le fue otorgada.

_ No puedo creer que una drogadicta y de bajos recursos esté aquí fingiendo ser la mejor de todos, ugh estoy decepcionada_ Comentó con tono de burla mientras las demás chicas se reian.

_Cuando tengas ganas, esas que no te quita ni tu novio puedes acercarte ésta dirección_ Empece a decir mientras le dejaba en un papel escrito encima de su cuaderno_y la chica de bajo recursos te las quita sin ningún problema. Porque al parecer lo necesitas_ Solté con una sonrisa socarrona y todos empezaron a reír mientras su rostro se volvía rojizo.

_Profesor quiero que me cambie de sitio, no voy a seguir escuchando sus groserías_ Pidio haciendose la ofendida y me rei mientras metia las manos dentro de los bolsillos de mi pantalon y mire al profesor.

_ Pues si miras bien Samantha, el salón esta lleno y si no estas a gusto en mi clase tranquilamente puedes pedir el cambio de materia. Pero eso quiere también decir que deberías aprobar las asignaturas nuevas con al menos cincuenta por ciento_ Escuchamos decir al profe mientras caminaba hacia el pizarron y mire el reloj de mi muñeca, solo faltaban viente minutos para terminar la clase.

....

Pasaban semanas y en la Universidad me conocían por la chica que era extremadamente oscura, en mi forma de vestir y de actuar. La que siempre llevaba una botas militares algo desgastadas y una chaqueta de cuero con estampas de rock bordadas, especialmente de bandas como AcDc y otras que ni quiera en sus vidas habían escuchado ni una puta canción.

El cigarrillo en mano o una botella de Whisky me acompañaban siempre que estaba a gusto tocando una canción conocida en mi guitarra de segunda mano, una que me había auto regalado para Navidad cuando ahorré por meses después de haber trabajado de mecánica en un taller.

Siempre llevo una chica distinta a mi departamento y cuando estoy saciada de sexo intenso las descarto como si no quisiera nada mas en mi vida, y es lo que realmente pienso. En este momento me encuentro caminando por la calle y me cierro la chaqueta por el viento que está haciendo. Miro el cartel que brilla y entro a la tienda para comprar un café, y una vez listo salgo de la tienda y me animo a cruzar la calle mientras le doy un generoso sorbo.

La biblioteca a estas horas de la noche sigue abierta y me detengo sobre el cordón cuando veo salir a una mujer rubia, portando unas gafas de lectura, y unos libros de ciencias sociales, ya que son los mas gordos y extensos que hay en el campo de la literatura. Se le cae uno y se lo levanto sin protestar, nuestras miradas se cruzan y luego me sonríe con algo de timidez. Parece un ángel caído, algo torpe e intelectual, me gusta como luce y como se mueve al bajar esa escalera.

_Gracias, no pensé que este clima me recibiría de esta manera_ Comentó con diversión y seguí admirándola, hasta que mis ojos se posaron en una tarjeta que estaba puesta en su camiseta. Era una tarjeta de identificación y llegue a leer su apellido antes de que empezara alejarse.

<< Fernández>>

<< Fernández>>

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La chica del bar 4 Where stories live. Discover now