Capitulo 66

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El detonante de mi vida fue haber tomado decisiones que hasta el dia de hoy me avergüenzan. Suelo pensar que en algun punto sabia que todo se iba a desmoronar en el tema de relaciones tanto familiares como en pareja. Lo unico que se mantiene intacto es el hambre de seguir diseñando y de hacer felices a los clientes, quien volvieron a elegirme como la primera de la lista telefonica.

Siento paz al saber que Mariana encontró a su media naranja, no era feliz estando a mi lado y aunque intenté alejarme siempre hubo algo que me atrajo a su vida, nuevamente. Esa sonrisa ahora seria provocada por alguien mas y ese pequeño con el cual conviví durante un año podrá llamar como madre a esa mujer que los vino a buscar en el dia de ayer.

El café deja salir su aroma embriangante y paso mis dedos por la oreja de la taza, la admiro tomar el calor peculiar y suspiro mientras me froto la nuca. Abro mi computadora y eligo el nombre de un centro de adopcion al azar, " Colores del alma" y trago saliva mientras me dispongo a escribirles un correo electronico, tenia que pedir una cita lo antes posible.

Una semana despues me encontraba bajando de un camion de mudanzas bolsones de ropa abrigada, calcetines dentro de cajas y también juguetes, en especial una bolsa con pelotas de futbol. Ver a los niños saludarme y abrazandome me es reconfortante, se lo que es vivir en solitario y depender por si solo.

Sus rostros contentos cuando me siento a comer en la hora del almuerzo y cuando me situo al lado de un banco de madera no evito ponerme alegre, alegre y muy feliz de estar dando lo que tengo para que ellos disfruten de alguna manera.

Me entretengo verlos jugar al futbol, saltar la cuerda y tambien usar la ropa que los abrigará de este invierno loco.  Me acomodo en el banco y una mujer me acompaña mientras cruza las manos sobre sus piernas.

Su túnica le cubre todo el cuerpo, una tela de color negro y blanco. La hermana Félice me mira con ojos brillosos y termino de escribir el cheque, admiro los números y luego se lo pongo en mano.

_Agradezco toda la ayuda que nos das, se que Dios te va a recompensar tus buenas obras_ Dijo la mujer en tono alegre y le sonreí calidamente.

De pronto le suena un reloj  metido en el bolsillo y chequea la hora. Se levanta con prisa y se mete en el hogar, mi corazon comienza a latir rápido y siento que tengo que seguirle los pasos. Una vez dentro puedo notar el calor del hogar y me paralizo al escuchar el llanto de alguien pequeño, sigo el sonido mientras agudizo mis oidos mientras camino por el pasillo y me detengo frente a una habitacion. Allí Félice mese en sus brazos a un bebé con pocos dias de nacido, lo sé cuando me voy acercando a verlo, sus manitos aprietan el dedo de aquella mujer y toma del biberón con muchas ansias.

_ Lo dejaron en la puerta, y me despertó su llanto en la madrugada. Por suerte le dejaron envuelto en mantas abrigadas y con una nota_ Dijo en tono bajo para no dañar la audición del pequeño. 

Acaricié su pie cubierto en medias de lana y mordí mis labios con fuerza, notando un nudo en mi garganta.

_¿Qué decía la nota?_ Pregunté en un susurro y ella me sonrió.

_" Que mi Santiago llene de sabiduría, paz y comprensión al corazón de quien elija ser su madre" _ Respondió con entusiasmo y me llevé una mano a mi boca. Mis dedos cubrían mis labios y sonreí al acariciar su cabeza.

Él me miraba y balbuceaba mientras apretaba sus puños y apagué mi teléfono a tiempo de una llamada que le iba a dañar los tímpanos.

_ Voy a venir mas seguido por aquí, me gustaría pasar tiempo con él, si me lo permite claro está_ Comenté con los ojos aguados y sonreí al pasarme las manos por el cabello.

Me quedó viendo sorprendida y asintió mientras apoyaba de nuevo al bebé en su cuna. Lo cubrió con una manta y apagó una tecla del velador, dejando solo la tenue luz de unos animalitos que se dibujaban en el techo.

_Es bienvenida señorita Brooks, me encantará conocer esa faceta suya_ Empezó a decir en voz baja y apretó mi hombro al pasar_ El de ser una madre.

_Es bienvenida señorita Brooks, me encantará conocer esa faceta suya_ Empezó a decir en voz baja y apretó mi hombro al pasar_ El de ser una madre

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La chica del bar 4 Where stories live. Discover now