Capitulo 64

419 29 28
                                    

No me importaba las consecuencias que podríamos llegar a tener si nos descubrían. De todas maneras éste era mi ultimo año de carrera y en pocas semanas me graduaría por fin. Esa mirada que me dedica cada vez que nadie de mis compañeros nos esta viendo, eso me pone caliente.

Sus piernas, esos tacones de aguja le hacen ver deliciosa y no me importa que me lleve muchos años por delante. Algo tengo que le vuelve loca y no son solo mis dedos que dar directo a su punto G.

_Hoy la veo después de clases señorita Brooks_ De repente escuché que dijo y levanté la mirada de mi libro.

Pasó por mi lado y sentí como su brazo rozó el mio, sonreí levemente y taché un garabato en mi cuaderno. El sonido de la campana me aturdió un momento y luego todos salieron atropellados del salón.

Me quedé estática en mi lugar y note sus ojos fijos en los míos. Cuando salio el ultimo chico por la puerta me levante de mi silla, camine hacia la puerta y le puse una traba.

_Es muy mala educación dejarme caliente, señorita Cuello_ Comenté con diversión mientras me giraba. Ella se estaba desabrochando los primeros botones de su blusa y sonreí con malicia.

Me acerqué con paso apresurado y nos besamos mientras rodeaba mis brazos en su espalda. Sentía sus manos tirar de mi cabello cuando mordía sus labios y respiré agitada cuando le acaricie los senos por encima de la blusa. Se notaba cuanto nos habíamos extrañado y solo habían pasado unos días sin vernos.

Sus piernas rodearon mis caderas y la levanté de los muslos para sentarla encima del escritorio. Me quité la chaqueta y se me cayeron varias píldoras al piso. Su mirada bajó y me quedó viendo sorprendida.

_ ¿Para qué son?_Preguntó algo confusa y relamí mis labios mientras me agachaba a levantarlas.

_Son para mis nervios. Aveces me puedo sentir algo ida ¿sabes?, pero dejemos de hablar de mi y acabemos con esto de una vez _ Empece a decir en tono sexy mientras me guardaba las píldoras en mi bolsillo del pantalón.

Me levanté y me acerqué a su cuerpo, sus manos rodearon mi nuca y sentí sus uñas raspar mi piel.

_Fais moi l'amour Emily_ Dijo en mi oído y mordí mis labios con fuerza mientras subía mis manos por sus piernas.

Todas las tardes la profesora Cuello y yo nos reencontrábamos para satisfacer nuestras necesidades carnales. Donde varias veces tuve que cubrir su boca debido a sus gritos, y temía que alguien nos escuchase.

Aveces lo hacíamos sobre el escritorio, sobre algunos de los pupitres o contra la pared, esa era la manera caliente de sacarnos las ganas. Pero un dia todo aquello cambió dramáticamente.

Camine de un lado a otro y me pasé una mano por el cabello, encendí un cigarrillo y noté su mano rodear mi cintura. Ella estaba distinta y podía notar algo de nerviosismo cuando me hablaba.

Sabia que algo me ocultaba y no debía decirle mis sentimientos, porque esto era solo pasarla bien y luego continuar con nuestras vidas en solitario. No podía decirle que me había enamorado y que estar con ella me daba tranquilidad.

Por otro lado no me he encontrado con aquella chica rubia que me había robado suspiros en aquella biblioteca, y aunque la frecuenté varias veces no he dado con su paradero. Melisa tenia algo de especial y quería retenerla conmigo mas tiempo del habitual.

En este momento estoy en su casa, es de noche y puedo notar el frío del hielo en mi vaso con wisky. Me encanta tomar de la botella cuando estoy a solas, pero acompañada debo mostrar que no soy un animal alcohólico.

_Podríamos salir a cenar esta noche ¿verdad?, sé cuanto te gusta el marisco ahumado_ Dije volteando a mirarla y me sorprendí al verle usar un vestido ajustado de color morado, sus famosos pendientes de oro y unos zapatos de taco alto.

La chica del bar 4 Where stories live. Discover now