Cinco años habían pasado y mi amor por ella continuó intacto. Tuve que seguir con mi vida lo mejor posible y supe en el mismo instante que la vi que todo iba a mejorar entre nosotras.
Sus manos se entrelazaban con las mías y tiraban de vez en cuando...
El sudor bajaba por mi espalda y empecé a respirar agitada tratando de averiguar a donde mierda se habia ido. Abrí los cajones de su escritorio y revolví hasta tirar todo en el piso. Se me cruzó por la mente una persona y gruñí mientras tecleaba los números en mi celular, segundos después me cortaron y me quedé mirando a la nada como estúpida.
Ya me sabía la dirección, y varias veces he seguido a Natalia cuando no podía darle las clases particulares en casa. Asi que esta vez estaba golpeando la puerta con furia, de pronto se abrió y tomé su camisa con fuerza.
_¿Dónde está Natalia?_ Pregunté entre dientes y la vi apretar mis manos. _En su casa, ¿en dónde más?_Respondió Hannah aturdida y la empujé, entré a su casa y miré hacia todas partes provocando su molestia. _¿Hace cuánto se acuestan?, no me vean la cara de estúpida. No me creo nada de las clases particulares_ Empecé a decir y me paralicé al ver un abrigo de Natalia encima de la mesa. _Deja de hablar estupideces, y si ella se fue es porque la has cansado, ¿no te das cuenta que no la mereces?, ¡vete a la mierda Emily!_Vociferó Hannah en tono alto y me giré a verla con mis ojos aguados. _Ella estuvo aquí ¿cierto?, lo tenía planeado desde hace rato. Pues me vas a decir en donde está y le iré a buscar, por las buenas o malas ella volverá conmigo_ Susurré de cerca mientras golpeaba con mi dedo su pecho.
Ella sonrió y luego levantó la cabeza fingiendo dureza.
_No sé donde está y tampoco te lo diría si lo supiera. Eres un animal y mereces estar sola, sola en esa oscuridad que hay dentro de ti_ Escupió sincera mientras que luego sonrió orgullosa.
Apreté los dientes y luego salí de su casa dando zancadas grandes, intentando ordenar mis pensamientos.Y tal vez tambien pensando en las cosas que haría de ahora en adelante.
.... 3:30 Am
Estoy sentada en la cama, intentando apaciguar el dolor de cabeza, pero creo que es mi culpa por haber bebido demasiado. De pronto en la puerta hay un golpeteo y me levanto a abrir. Francesca me mira con los ojos llorosos y me paso una mano en el cabello.
_Tenemos hambre mami, solo hemos merendado y ya pasaron horas de la cena_Dijo en tono angustiado y suspiré mientras salía de la habitación.
Vi a los niños sentarse en la mesa y luego Francesca se sentó al lado de su hermano Bruno,los tres me quedaron mirando y abrí las alacenas. De allí quité tres latas de atún y también abrí una bolsa de arroz. Vertí el arroz en agua y lo puse a fuego lento. Abrí las latas de atún con algo de problema y llené sus platos.
_ Pero no me gusta el pescado mami_ Escuché a David quejarse y me volteé. _Me importa una mierda si no les gusta, esto hay de comer hoy, se aguantan_ Solté furiosa mientras veía que empezaban a llorar. _Quiero a mami de vuelta_Francesca dijo en medio de sollozos y froté mi nuca mientras cerraba los ojos. _Su mamá Natalia los abandonó, como siempre huye de sus responsabilidades, y ahora me tengo que hacer cargo de todo yo. Asi que por favor les pido que me ayuden con esto,si no les gusta lo que cocino entonces van a aprender a cocinarse. Por ahora me importa más cuidar del bebé que es más pequeño que ustedes y necesita cuidados especiales_ Respondí tajante y revolví la comida dentro de la olla.
Ninguno dijo nada más y apagué la cocina cuando note que la comida ya estaba lista. Servi en los platos y me senté con ellos mientras me tomaba una mata de cerveza, miré mi reloj y fui a buscar al bebé que recien se despertaba ya que estaba levantando sus piernitas. Encendí la luz y lo alcé mientras lo llenaba de besos. Regresé a la cocina y puse la leche a calentar, mientras le cantaba una canción notaba como los niños comían entre angustiados y tristes,pero creo que jamas han tenido una mano firme y eso es culpa de Natalia que los malcrió.
Cuando vi que habían comido todo me volví a sentar y luego de probar la leche que no estuviera caliente empecé a darle la mamadera viendo como el pequeño succionaba mientras apretaba sus manitos en el plástico y no me aguanté nada y lloré provocando la mirada de mis pequeños.
_Ella volverá,estoy segura y nos ayudará_ Dije angustiada mientras trataba de serenar mis nervios.
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